Cuando un niño-a llama a la puerta

24/12/2018 | Editorial

Los niños y niñas son las personas que mejor pueden conmover el corazón humano y devolver la sonrisa a cualquier persona.

¿Quién puede negar un saludo o su casa a un niño-a, que llama a la puerta?

Muchos de nosotros hemos conocido en nuestros pueblos la bonita costumbre de preparar un plato extra, en la mesa de Navidad, por si algún huésped llamaba a la puerta. Esta misma costumbre, la he vivido en Uganda, donde la llegada de un huésped a visitar una familia, era siempre un motivo de alegría y la ocasión para una celebración.

Creo que la inmensa mayoría de las familias y personas, hoy también y en los diferentes continentes del Planeta, acogerían a un niño-a que llamara a su puerta. Si algo significa Navidad es, ante todo: acogida y alegría en familia.

Gracias a Dios y a la buena voluntad de la inmensa mayoría de la gente, podremos gozar de unos días entrañables en familia. Esto es lo normal y lo que desea todo corazón humano. Compartir esta felicidad con los demás, es Navidad.

Todos somos conscientes de que gran parte de la familia humana, pasará estos días de Navidad, con hambre, en campamentos de refugiados, y por las calles, como todos los días, porque les privamos de trabajo, techo y vida digna.

Esta realidad es algo trágico, vergonzoso e inaceptable, en cualquier lugar del mundo. Pero, más indignante es que la inmensa mayoría de gente buena, miremos a otro lado y no nos preocupemos de verdad, para cambiar esta realidad, o al menos, abrir una puerta a los que buscan asilo, aunque no sea más que la de un piso vacío.

Damos un bocadillo y limosnas a muchas personas, pero las dejamos en la calle.
Exigimos y trabajamos por una gestión más profesional y responsable de los recursos existentes, para que todas las personas puedan gozar de oportunidades, para comenzar a trabajar, vivir bajo un techo, y vivir de forma digna. Este compromiso por los demás es Navidad.

Por eso seguimos denunciando a los líderes que abusan del poder y de los recursos, aumentando el gasto militar, y privando de oportunidades a las personas necesitadas.

Una puerta abierta, una nueva oportunidad y un nuevo reto significan siempre alicientes que nos empoderan, llenan de entusiasmo y de esperanza, para compartir.

El Equipo de África Fundación Sur, os desea unas Felices Navidades en familia y amistad, así como un próspero Año 2019, lleno de oportunidades, de ánimo y de paz, para todos vosotros y para las personas que siguen llamando a nuestras puertas.

Abrimos las puertas de AFS, el lunes 8 de enero 2019.

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