“Cuando el apretón de manos sobrepasa el codo, lleva gato encerrado” (Proverbio)

16/04/2018 | Editorial

20180416efs-web.mp3



Los beneficios de un buen apretón de manos entre líderes y agentes sociales, pueden ser muy considerables, en el contexto de nuestras relaciones africanas y humanas.

De hecho, un sincero apretón de manos entre las dos partes que inician un proceso de acuerdos políticos, económicos o de transformación de conflictos, puede ser la mejor manera para asentar el clima más apropiado para una verdadera reconciliación y colaboración, siempre que el compromiso sea auténtico.

Pero como dice otro proverbio Bantú: “Haliiba bita, tibigyayo”. (Las buenas promesas no llegan a conseguir el objetivo).

En la política partidista actual, se cultiva y se practica con frecuencia, la falsedad, la calumnia y las promesas vacías, para conseguir los fines egoístas personales o del partido, aun de las formas más injustas. Algo semejante ocurre en la economía.

En vez de buscar juntos el bien común de los ciudadanos, gran parte de los líderes políticos se pelean entre sí, diariamente, y se destruyen para ganar más poder partidista y más control de recursos, en África y aquí. En sus reuniones, observamos a veces sonrisas y apretones de manos, para la galería, pero en realidad continúan con sus planes de represión y depredando los bienes de todos.

El lunes 16 de abril recordamos la jornada contra la esclavitud infantil. Es vergonzoso el ver cómo muchos poderosos festejan en la opulencia, al mismo tiempo que condenan a millones de menores a crueles esclavitudes, como: niños soldados, tráfico de niñas-os, trabajos forzados, falta de educación y servicios de salud, matrimonios prematuros, niños-as de la calle, etc.

Una de las causas más relevantes de los múltiples conflictos sociales, en África, en Europa y el globo entero, además de la irresponsabilidad personal de gobernantes y agentes sociales, es la etnia misma o la raza. Y como dice otro proverbio Runyoro: ”Nambere obulemu y’enjoojo, obunyansi busisikaire”. (Cuando dos elefantes se pelean, es la yerba la que sufre.)

Los líderes tribales y políticos lo saben muy bien. Por tanto, antes de que la economía del país se derrumbe para todos, en el caso de una guerra civil, intentan al menos iniciar un camino de mutua tolerancia o de mínimos, a través de un efusivo apretón de manos, que promete mucho, pero no soluciona nada.

Esta situación se vive, con toda su crudeza, en numerosos países, como: Kenia, Sur Sudan, Ruanda, Burundi, Uganda, RDC, Zimbabue, Mozambique, etc. pero existe en la mayoría de los países africanos y del globo entero.

Analicemos brevemente la situación de Kenia: Uhuru Kenyatta y Raila Odinga, se dieron un efusivo apretón de manos, el 9 de marzo de 2018, para apaciguar los ánimos encrespados y divididos de los ciudadanos y detener la ruina económica del país.

Cuando los dos líderes étnicos o tribales más fuertes del país se enfrentan entre sí, arrastran con ellos a todas sus etnias y provocan con frecuencia crueles guerras civiles de consecuencias imprevisibles, como lo vivimos en tantos países, también africanos.

Este enfrentamiento lo vivimos, con toda su crudeza: en Kenia, (entre los Kikuyu de Kenyatta y los Luo de Odinga), en Sur Sudan (entre los Dinka de S.Kiir y los Nuer de R. Machar), en Ruanda (entre los Tutsis y Hutus), en Uganda (entre los Baganda y los Bahima), etc.

Nos preguntamos: ¿por qué esta diversidad de etnia o raza, pueblo, lengua, religión o ideas políticas, lleva con tanta frecuencia a la confrontación y a la violencia, y no al enriquecimiento mutuo y a la colaboración, para bien de todos?.

Algunos líderes sabios de África, nos mostraron el camino de la integración y respeto de todas las personas, apelando a la colaboración de todos, como lo más fundamental en la consecución del bien común.

Pero, ¿cómo conseguiremos lideres íntegros y sabios en la sociedad cuando la educación de hoy se centra en la ciencia y en el máximo beneficio personal o del partido, dejando de lado: los valores humanos y el bien común?.

O ¿por qué aumentan los grupos radicalizados en nuestras sociedades, mientras que la inmensa mayoría social continua todavía demasiado pasiva, y sin comprometerse en trabajar por la integración social y el bien común?

Una última pregunta: ¿Dónde buscamos y encontramos la auténtica madurez humana y sabiduría, que nos inspire y capacite para vivir, trabajar y compartir los recursos disponibles, como una familia?.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster