Crisis de Jos en Nigeria: retos y oportunidades para la construcción de una nación

18/05/2010 | Crónicas y reportajes

En el nombre de Allah, el más compasivo y misericordioso. Debo felicitar a The Companion por proporcionar este Foro para pronunciar una discurso desapasionado sobre los recientes desafortunados incidentes de violencia en Jos, que surgieron el pasado 7 de marzo, resultando con el asesinato de un gran número de personas, nigerianos inocentes, principalmente mujeres y niños. Esto no fue un incidente aislado. En realidad, ahora hace casi una década, el estado de Plateau, que un día fuera un refugio de paz y carismática serenidad, se ha convertido en el escenario de violencia destructiva sin sentido, dejando el nombre de Nigeria en mal lugar, en la comunidad de naciones.

El debate de hoy es por tanto muy bien venido y justo a tiempo, que indica una aproximación positiva a un tema doloroso, que requiere madurez de todas las partes implicadas.

Desde el principio, debemos preguntarnos ¿por qué el pacífico Jos de antes se ha convertido de repente en sinónimo de violencia comunal y se ha hecho famoso por ello? Hasta el momento, la mayoría de los comentaristas han tendido a malinterpretar los incidentes como religiosos, describiéndolos como productos de conflictos y tensiones entre cristianos y musulmanes. Esto es un diagnóstico erróneo de una grave enfermedad pandémica.

En consecuencia se han prescrito las medicinas equivocadas de vez en cuando. Desgraciadamente, la terrible enfermedad persistía, aumentando en intensidad según pasaban los años.

Puede que mucha gente, especialmente los corresponsales de los medios extranjeros que cubren la crisis, se vieran engañados por ciertas pautas de destrucción, con los combatientes persiguiendo los símbolos religiosos quemando mezquitas e iglesias, atacando y matando a ciudadanos aterrorizados, que se habían refugiado en esto lugares de culto. Sin embargo, un profundo estudio de los incidentes hubiera desvelado que la religión no fue más que un virus oportuno de la gran enfermedad que había afligido al pueblo de Plateau.

En realidad, virus mucho más mortales estaban trabajando y habían calado hondo en el cuerpo del estado de Plateau, estos virus son la lucha por el control de los recursos locales, demandas de los agricultores versus las de los pastores, etnicidad, Berom contra los Hausa/Fulani, pobreza, mal gobierno, y la colusión legal que aparentemente sanciona la dicotomía colono/indígena.

En esta coyuntura, remito a la audiencia a una presentación bien investigada y seria del Luke Onyekakeyah, en un reciente ensayo publicado en The Guardian, el 30 de marzo de 2010.

“Hay dos factores en la raíz de los interminables asesinatos intestinos y destrucción de vidas y propiedades en la hasta ahora serena y pacífica meseta de Jos. El primero es la destrucción ecológica del paisaje de Plateau por un siglo de minería de estaño agresiva, que ha llevado a la destrucción del espacio de la tierra disponible, utilizada por todas las partes que tienen un apego espiritual a la tierra. El segundo es la práctica anticonstitucional, divisiva y detestable que ha hecho imposible para los nigerianos cuyos ancestros han vivido en algunas partes del país durante siglos, tener derechos y privilegios, simplemente porque son de diferentes grupos étnicos.”

Parece claro que hasta ahora, por el discurso que la perenne crisis de Jos tiene sus raíces en factores económicos y políticos. El pueblo de Jos compite ferozmente por posiciones dominantes en el espacio político, así como por el acceso a las oportunidades económicas. En verdad, en la esfera religiosa, el liderazgo de las dos religiones dominantes, cristianismo e islam, no están enfrentadas, sino que están en continuo diálogo a través de las estructuras inter-religiosas que hay en marcha. Por tanto, no hay lucha violenta entre cristianos y musulmanes por ganar almas en el estado de Plateau.

En efecto, es la determinación de los grupos étnicos dominantes, que resulta que son cristianos y musulmanes respectivamente, la que mantiene o revierte las históricas ventajas económicas, o retiene su dominancia en la esfera política que ha precipitado continuamente los enfrentamientos de reclamaciones y demandas que resultan de una conflagración comunal en Plateau.

¿Cuál es la solución? Además, ¿existe una voluntad política para alcanzar una solución permanente al embrollo de Jos? Si la respuesta es afirmativa, entonces debemos buscar la solución no sólo a nivel local en el estado de Plateau, sino a nivel nacional. Las soluciones deben ser holísticas, que abarquen las esferas socio-económicas y políticas.

– Se deben crear abundantes oportunidades en educación, así como la provisión de trabajos para la juventud, y riqueza para todos los sectores de la comunidad de Plateau.

– El acceso a las oportunidades socio-económicas debe ser justo y equilibrado. Políticas divisorias y estructuras como la dicotomía de colonos e indígenas, deben ser destruidas. De manera similar, el sistema de cuota incluso el principio de carácter federal que tiende a comprometer el mérito debe ser revisado en los actuales esfuerzos por revisar la constitución de Nigeria: nuestro nuevo espíritu debería ser igualdad de oportunidades para todos los nigerianos.

– Las autoridades federales y estatales deberían apoyar el diálogo inter religioso y la cooperación mediante una generosa financiación. A este respecto, deberían hacerse estudios comparativos religiosos obligatoriamente, a todos los niveles, para que cada estudiante nigeriano conozca los fundamentos de su religión así como la de otros. Esta política promocionaría una comprensión mutua, respeto y tolerancia entre los seguidores de las distintas religiones.

– El estado de Nigeria desde ser consecuente con el estado de derecho, porque sólo esta doctrina puede garantizar nuestro presente y nuestro futuro como nación. La igualdad ante la ley debe reemplazar los favores y prejuicios étnicos. Leyes de igualdad deben suponer la línea de fondo de la defensa y la seguridad de todos los nigerianos, no importa dónde resida. Sólo de este modo la nación puede desplazar el origen de tribu o étnico de la conciencia del pueblo.

En conclusión, mi tesis es que la crisis de Jos pide una solución empírica que sería aplicable a cualquier parte de Nigeria, para prácticamente todas las secciones del país que sean candidatas a una erupción violenta, si cualquier política funciona mal, o un grupo en particular se siente engañado. Por tanto, la constitución y la ley deben acudir en nuestro rescate permanente.

Eso es lo que hace hoy Estados Unidos, porque la constitución de EEUU y las leyes lo hacen así. No se puede violar la ley con impunidad en América. Cada americano tiene derecho a perseguir ser lo que desee ser. Esto es lo que ha hecho posible que un negro aspire a ser presidente y el primer ciudadano de la nación más rica y poderosa del mundo; él logró su ambición categóricamente. El secreto de esta hazaña histórica y la emergencia del presidente Obama es el reino absoluto de las leyes y la constitución americanas.

La constitución y las leyes también pueden facilitar y sostener la emergencia de una nación como América, si nos tomamos la molestia de modernizar una constitución de manera apropiada, así como de promulgar leyes que sean ciegas ante la discriminación y toda forma de desigualdad y mediocridad.

Que Alah permita que así sea.

Escrito por Abdul Lateef Adegbite

El doctor Adegbite, que es secretario general del Consejo Supremo de Nigeria para Asuntos Islámicos, NSCIA, pronunció este discurso en el programa conjunto mensual de The Companion (La Compañía), el 4 de abril de 2010.

Publicado en The Nigerian Tribune, el 30 de abril de 2010.

Fundación Sur.

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