China, el petróleo y la limpieza étnica en el Cuerno de África

31/01/2012 | Opinión

Los trabajadores del petróleo chinos parecen estar, una vez más, en el centro de la guerra sucia contra la insurgencia en el Cuerno de África, en Ogaden, en el sudeste de Etiopía.

Se dice que en Ogaden existen grandes yacimientos de gas y petróleo, pero, al igual que en Sudán del Sur, todavía no es posible determinar con exactitud el volumen de esas reservas.

En los sesenta, compañías petroleras occidentales comenzaron a hallar en la región grandes cantidades de gas natural y quizá, incluso petróleo.

Después vinieron varias guerras, la invasión norteamericana de Somalia en 1992-93, y toda la muerte y el caos que esta guerra causó al pueblo somalí. Es por esto que la gran mafia petrolera occidental se ha mantenido al margen.

A comienzos del nuevo milenio, China había empezado a desarrollar los yacimientos petrolíferos sudaneses en la región de Abeye y un oleoducto hasta Port Sudán, en el Mar Rojo. Poco después, los chinos comenzaron a dirigir con fuerza sus miradas hacia la vecina Etiopía y al enorme potencial de las reservas de gas y petróleo de Ogaden.

Así comienza la historia de cómo China llegó al Cuerno de África en busca de petróleo y se vio envuelta en medio de un conflicto.

Para desarrollar los recursos energéticos de Ogaden, China se ha visto obligada a tratar con el que es un fuerte aspirante a convertirse en el hombre más odiado de África, el primer ministro etíope Meles Zenawi.

Éste ha gastado grandes cantidades de efectivo, hasta un 75% del disponible, en unas importaciones de combustible de las que Etiopía, con unos ochenta millones de habitantes, ha sido completamente dependiente.

Últimamente, han llegado noticias de que los yacimientos petrolíferos sudaneses en Abeye han experimentado un descenso en la producción; un descenso que se verá incrementado durante la próxima década.

Los yacimientos de petróleo de Sudán son las únicas reservas africanas de gas y petróleo que China controla y en las que tiene una participación mayoritaria; por tanto, su agotamiento abre un agujero en los intereses estratégicos que este país tiene en las reservas energéticas africanas.

La posibilidad de que existan grandes bolsas de petróleo y gas en el Ogaden del sudeste etíope ha hecho que China muerda el anzuelo y cometa el que ha sido su único error serio en África.

Ogaden es el refugio de los miles de combatientes del Frente Nacional de Liberación de Ogaden (FNLO) que han estado luchando contra la ocupación genocida del ejército etíope.

La ocupación de este territorio ha sido durante el último siglo una espina en el costado de los regímenes que han gobernado Etiopía, étnicamente minoritarios.

Ogaden formó parte de lo que un día fue la Tierra de los somalíes; fueron los colonialistas occidentales con su actuación los que causaron la división del pueblo somalí entre etíopes, keniatas, yibutianos y somalíes.

Históricamente, el pueblo somalí, incluidos los habitantes de Ogaden, donde se encuentran también cada uno de los grandes clanes y sub-clanes somalíes, ha sido fuertemente nacionalista (por extraño que pueda parecer hoy).

Los somalíes son conocidos tanto por ser amantes de su independencia como por su cualificación como combatientes. Han sido sólo unos pocos en la historia los que se han atrevido a luchar contra ellos.

Los somalíes de hoy son la única nacionalidad de África que comparte una misma cultura, identidad y lengua, que han mantenido durante siglos.

Fue únicamente la superioridad militar de británicos e italianos la que dividió Somalia.

En 1977, el presidente somalí Siad Barre estuvo cerca de lograr la unión de Ogaden con Somalia, invadiendo aquel territorio y derrotando al ejército etíope, para ver después cómo, al retirarle la Unión Soviética su apoyo, decenas de miles de tropas cubanas con armamento pesado hacían lo propio con el ejército somalí y llevaban la aventura de Siad Barre a su fin.

A pesar de la política de abrasamiento de tierras que Etiopía ha desarrollado durante la última década, de los grupos paramilitares bloqueando la entrada de alimentos y asistencia médica durante la peor sequía en sesenta años y de la actual limpieza étnica, los crímenes cometidos contra el pueblo de Ogaden continúan siendo desconocidos para la mayor parte del mundo.

En 2007, la situación estalló (literalmente) cuando un equipo chino de exploración petrolífera y sus guardaespaldas, militares etíopes, fueron atacados por combatientes del FNLO. Entre los cien, o quizá más, soldados etíopes que fueron asesinados en el ataque, se encontraban también media docena de nacionales chinos.

A partir de ese momento, los chinos han sido mucho más discretos en sus planes de continuar con la explotación energética en Ogaden.

En 2011 aparecieron noticias sobre trabajadores de empresas petroleras chinas llevando a cabo exploraciones con el uniforme del ejército etíope en la misma zona donde se produjeron los altercados en 2007, y una vez más, en medio de enfrentamientos con el FLNO.

Ahora nos llegan noticias de que el ejército etíope está llevando a cabo una campaña de limpieza étnica contra los ogadeníes que habitan en la zona en la que se han autorizado las exploraciones petroleras chinas.

El ejército llega a una zona y comienza a arrestar o matar a los hombres adultos, viéndose obligados todos ellos a huir a la vez hacia los campos de alrededor durante días. Cuando regresan, encuentran sus hogares quemados e incluso, a sus hijos devorados por las hienas.

La pregunta es, ¿será el nombre de la petrolera de propiedad china “Petronas” odiada por decenas de millones de africanos del Cuerno de África, como lo es ahora por el pueblo somalí de Ogaden? Sólo el tiempo y el sentido común de los chinos dirá.

Thomas C. Mountain

Tomado de Ogaden Online, donde fue publicado el 3 de enero de 2012.

Traducido para Fundación Sur, por Horacio López Molina.

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