Casi el 80% de las nuevas infecciones por el VIH que sufren los jóvenes, principalmente las niñas, ocurren en el África subsahariana: ¿cómo se pueden evitar?

13/01/2017 | Crónicas y reportajes

Tenemos buenas noticias sobre el VIH. Se ha experimentado en todo el mundo una disminución sostenida del número de personas afectadas de entre 15 y 24. Se ha relacionado este descenso con cambios de comportamiento como esperar más tiempo para ser sexualmente activo, tener menos parejas sexuales y usar preservativos cuando se tienen varias parejas sexuales.

No es el caso, sin embargo, de Sudáfrica. La caída en el número de adolescentes y mujeres jóvenes que se convierten en seropositivas es demasiado lenta y muy
escasa.

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En 2012, el 11,4% de las jóvenes de entre 15 y 24 años eran VIH positivo, en comparación con el 2,9% de los hombres jóvenes. Cuatro años antes, esta cifra se situaba en el 13,9% para las mujeres jóvenes comparado con el 3,6% de los hombres jóvenes.

Cuando ponemos estos datos en el contexto del panorama mundial, son igual de sorprendentes: el 42% de las nuevas infecciones de VIH ocurren en personas de entre 12 y 24 años. Casi el 80% de estos jóvenes viven en África subsahariana. Y más del 70% de estas infecciones las sufren chicas adolescentes y mujeres jóvenes.
Estas adolescentes y mujeres jóvenes no sólo tienen tasas más altas de VIH, sino que también se infectan entre cinco y siete años antes que sus compañeros masculinos.

La investigación para detener estas infecciones es una causa importante de la reducción de las altas tasas de VIH entre adolescentes y mujeres jóvenes en el África subsahariana.

Que la gente conozca su condición de seropositivo es una parte importante de este proceso. Pero en Sudáfrica este conocimiento sigue siendo muy bajo. Menos del 50% de los jóvenes conocen su situación. Sudáfrica está en peor situación que muchos otros países del continente.

Entonces, ¿cómo puede asegurar el país que más niñas adolescentes sean capaces de hacerse las pruebas del VIH y, cuando sea necesario, empiecen a tomar antirretrovirales?

Encontramos la respuesta en la puesta en marcha de programas de prevención en entornos de alta prevalencia tanto para hombres como para mujeres.

Estos programas deben incluir el tratamiento antirretroviral temprano, el suministro de profilaxis antes de la exposición y la circuncisión médica masculina. También debe realizarse un esfuerzo conjunto para promover el conocimiento de la enfermedad, la educación integral en las escuelas apropiada para cada edad, el empoderamiento económico y el fácil acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva.

¿Por qué son las mujeres tan vulnerables?

El persistente y alto desequilibrio de género entre los jóvenes ha provocado un aumento en las investigaciones para comprender la carga dispar y los riesgos asociados de las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes. Se han identificado varios factores contribuyentes.

Parte de la desconexión entre las mujeres acerca de su infección y su vulnerabilidad se relaciona con su percepción de que tienen un bajo riesgo de contraer el VIH. Esto, a su vez, perpetúa la vulnerabilidad de infectarse del VIH, especialmente en situaciones de alto nivel de pobreza familiar y desempleo.

El hecho de vivir en una sociedad en la que el patriarcado está extendido y la importancia de la desigualdad de género también desempeñan un papel relevante. En estos contextos, las mujeres y las niñas jóvenes a menudo tienen limitaciones para alcanzar su máximo potencial porque no terminan sus estudios.

Algunos estudios han demostrado que aquellos que abandonan prematuramente la escuela están más desfavorecidos y que, por el contrario, las mujeres que terminan sus estudios tienen mejores oportunidades de trabajo y la capacidad de tomar mejores decisiones en la vida.

Se ha prestado mucha atención al papel que las relaciones heterosexuales entre personas con edades dispares pueden desempeñar en este desequilibrio de género. Varios estudios muestran que cuando mayor es la diferencia de edad entre las parejas sexuales, mayor es la probabilidad de que no se utilicen preservativos. Esto, a su vez, conduce a tasas más altas de infecciones de transmisión sexual entre adolescentes y mujeres jóvenes.

El ciclo de transmisión del VIH

Un estudio reciente, en el que participaron mujeres que viven en zonas donde la incidencia del VIH alcanza el 66% entre las mujeres de alrededor de 30 años, muestra que la mayor diferencia en la prevalencia del VIH aparece entre hombres y mujeres en los grupos de edad más jóvenes. Esto refuerza la noción de que las mujeres adquieren, de media, el VIH a una edad más joven que los hombres.
El estudio ayudó a explicar un «ciclo continuo de transmisión del VIH» entre hombres mayores y mujeres jóvenes. Esta transmisión aumenta la vulnerabilidad de las adolescentes y las mujeres jóvenes de contraer VIH.

Esto se debe a que la mayoría de las mujeres jóvenes (de 15 a 25 años) tenían parejas masculinas en promedio hasta nueve años más que ellas. Las niñas adolescentes y las mujeres jóvenes en estas relaciones dispares por edad suelen ser incapaces de negociar prácticas sexuales más seguras que impliquen el uso de condones, aumentando la posibilidad de que contraigan el VIH.

Estas mujeres que adquieren el VIH, con el tiempo una vez que alcanzan la edad de 25 años, también tienen relaciones con hombres de su edad que a su vez adquieren el VIH. Estos hombres tienen entonces nuevas relaciones con mujeres jóvenes de 15 a 25 años, difundiendo el virus y contribuyendo al ciclo de transmisión del VIH.

Programas que funcionan

Sudáfrica ha hecho progresos sustanciales en el despliegue a gran escala de programas de prevención y tratamiento del VIH y cuenta con el mayor programa de antirretrovirales del mundo.

Sin embargo, las mujeres jóvenes siguen siendo especialmente vulnerables a la infección y, por tanto, la prevención del contagio de VIH en este sector clave de la población es un tema fundamental de salud pública.

Entender el ciclo de transmisión y las redes sexuales que impulsan la transmisión del VIH podría ayudar a diseñar programas para reducir la infección de VIH en adolescentes y mujeres jóvenes.

Hay muchos programas que podrían ayudar a las niñas y mujeres jóvenes a estar bien informadas antes de tomar decisiones.

Estos programas también aumentan y mantienen su asistencia a la escuela, reducen los embarazos de adolescentes y la violencia de género y aumentan las oportunidades económicas para los jóvenes. Lo más importante es que interrumpen el ciclo de transmisión y disminuyen las nuevas infecciones.

Aunque existen muchos programas de este tipo, en muchos casos no se llevan a cabo de una manera apropiada, de modo que influyan realmente en el pensamiento de las mujeres jóvenes.

Artículo de Ayesha Bm Kharsany para Rogue Chiefs

[Traducción de Clara Esteban García]

[Fundación Sur]

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