Botsuana: una terrible historia de sufrimiento humano

31/01/2011 | Crónicas y reportajes

Observo de una vez que esto es una terrible historia de sufrimiento humano y desesperación causada por la escasez de agua y las duras condiciones climáticas del desierto del Kalahari, donde viven los demandantes y su comunidad “basarwa”.

Como muestra el caso Sesana, todo comenzó en 1961, cuando el gobierno colonial estableció la Reserva Nacional de Caza del Kalahari Central por dos razones, una para conservar la vida salvaje de la zona y para proporcionar una residencia a los “Basarwa”, “San” o “Bosquimanos”, pueblo que ya estaba viviendo allí, antes de la creación del Parque Nacional, aunque de manera nómada, dependientes entre otras cosas, de la disponibilidad de agua. Como resultado, este pueblo fue dejado en paz, para que llevase su modo de vida tradicional nómada, dentro y fuera de la Reserva Natural, sin obstáculos. No se discute que a lo largo de los años, este pueblo formó asentamientos permanentes dentro de la Reserva, mientras que continuaban con su forma de vida tradicional de caza y recolección. Hay que reconocer que el gobierno los proporcionó servicios esenciales.

“Todas las partes coinciden en que alrededor de 1986, la compañía De Beers, acordó que una prospección de pozos, el pozo, que se había hecho en Mothomelo, pero que ya no necesitaba, debería ser utilizado para abastecer de agua a los residentes de la Reserva del Kalahari. Es importante recordar que el gobierno no se opuso. De ahí, que las comunidades “basarwa”, incluidos los demandantes, se beneficiaron de este acuerdo. El pozo en cuestión es el objeto de contienda en este recurso de apelación. Entre 1986 y 2002, el Consejo de distrito de Gantsi, mantenía la maquinaria de bombeo del pozo.

El consejo del distrito abastecía del combustible que necesita y regularmente repartía agua del pozo de Mothomelo a las comunidades Basarwa de otras partes de la reserva nacional.

“En 1984 el gobierno cambió su política, alegando que creía que las comunidades basarwa viviendo por toda la reserva eran incompatibles con la vida salvaje. En 31 de enero de 2002, el gobierno “reubicó” a los demandantes, en reservas fuera del Kalahari, especialmente construidas para ese propósito.

La razón de esta decisión fue que la Reserva Nacional del Kalahari debería ser utilizada a partir de entonces sólo para la conservación de la vida salvaje y que los asentamientos humanos eran incompatibles con la conservación de la fauna y flora silvestre.

Durante la “reubicación» que siguió a dicha decisión, una bomba de motor para la extracción y un tanque de agua, que habían sido instalados en el pozo de Mothomelo para la utilización del agua por parte de los residente que ahora ya no estarían, se desmantelaron y retiraron del lugar.

No es descabellado concluir que todo esto se hizo para obligar a los residentes a marcharse, haciendo todo lo difícil que se pudiera para ellos el seguir viviendo en la reserva del Kalahari. Sea como fuere, el pozo quedó ahí, y nadie lo usaba.

Sigue sin ser utilizado hoy en día, lo que lo ha convertido en un elefante blanco, mientras que las comunidades basarwa de la zona sufren a diario la falta de agua.

Es muy significativo que el primer cargo de los demandantes por sufrimiento humano en Mothomelo, debido a la falta de agua es incuestionada. A menudo, los demandantes y otros miembros de las diferentes comunidades de la reserva no tienen agua suficiente para cubrir sus necesidades básicas. Dependen de melones, que a menudo también escasean y otras veces no existen. Como resultado, la vida se vuelve “extremadamente difícil”.

Pasan la mayor parte de su tiempo en el bosque “buscando cualquier raíz de la que puedan extraer aunque sea unas gotas de agua”, La ausencia de agua con frecuencia les hace vulnerables y enfermos. Ellos señalan que el pozo no es de utilidad para nadie, pero que es vital para su bienestar.

Trevor Mmopelwa, testigo del estado, director de Parques Nacionales y de vida Salvaje, no niega que antes de su “reubicación” los demandantes obtenían agua de este pozo. Él prefiere, sin embargo, llamarlo prospección, y no pozo, explicando que el pozo no se hizo con la intención de abastecer de agua a los Basarwa, sino que se excavó con vistas a la prospección en busca de minerales.

El gobierno dice que la “invasión y asentamiento” en la reserva natural da lugar a “conflictos por el uso de la tierra” y que el llevar contenedores de agua o cualquier otra instalación en la reserva nacional “pone en grave y serio peligro el propósito con el que se creó la Reserva Natural, (…) convirtiéndola en lugar de una reserva para vida salvaje, en un hábitat humano”.

El gobierno también dice que las duras condiciones a las que se puedan enfrentar los Basarwa son por su culpa, porque han elegido libremente volver y vivir en un lugar donde no hay agua.

Pero la alegación del gobierno sobre la política de zona, puede ser rebatida fácilmente, puesto que la ocupación de los Basarwa era anterior a la delimitación de la zona como reserva.

Los ocupantes legales de una tierra como los demandantes deben poder acceder al agua para uso doméstico, o su ocupación quedaría vacía de contenido. En conclusión, los Basarwa, siendo los ocupantes legales, no necesitan la concesión de un derecho al agua, para utilizar el pozo de Mothomelo, o cualquier otro pozo actual o futuro en dicha tierra.

La constitución de Botsuana dice que ninguna persona debe ser objeto de tortura o castigo degradante u otro tratamiento inhumano.

Al final el Tribunal Supremo ha decretado que los Basarwa tienen en derecho, a sus expensas, a volver a utilizar el pozo de Mothomelo en la Reserva del Kalahari, antes utilizado para abastecer de agua a los residentes de la reserva, y excavar uno o más pozos, en el mismo sitio, dentro de la reserva, si el ingeniero supervisor de pozos así se lo recomienda, para que haya más probabilidades de producir agua.

(Mmegi, Botsuana, 28-01-11)

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