Bosco Ntanganda: una espina en el pie de Kabila

11/09/2009 | Opinión

El general de las Fuerzas armadas de la República Democrática del Congo (FARDC), Bosco Ntanganda, ya fichado por la Corte Penal Internacional (CPI) a causa de su participación a las matanzas cometidas en Ituri en 2002 y 2003, como oficial de la UPC (Unión de los Patriotas Congoleses) de Thomás Lubanga, acaba de reaparecer en el escenario de la Alta Comisaría de las Naciones Unidas de los Derechos humanos.

El antiguo alter ego del general Laurent Nkunda en el seno del CNDP (Consejo Nacional para la Defensa del Pueblo) ya deberia ocupar el banquillo de acusados en el centro penitenciaría de esta jurisdicción internacional, sino hubiera sido por la negativa de Kinshasa a dejar al Fiscal Moreno Ocampo ejecutar la orden de detención internacional emitida para él, desde el año pasado.

El jefe de estado Joseph Kabila, quien considera la amnistía concedida a este oficial rebelde y a tantos otros de sus amigos, como el precio a pagar por el restablecimiento de una paz duradera y de una estabilidad política en el este del país, se encuentra con una gran espina clavada en su pie.

La actitud del presidente congoleño continúa pareciendo a la comunidad internacional, como un obstáculo a la opción de la lucha contra la impunidad de los responsables de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad, llevada a cabo por la CPI desde su entrada en vigor en julio 2002. También, para forzarlo visiblemente a acabar con esta situación, las presiones se acentúan sobre él, bajo la forma de acusaciones graves y próximas al genocidio, lanzada contra las FARDC y el CNDP, que constituyen hoy la misma «entidad».

Como para manifestar su descontento por la presencia de Bosco Ntanganda en el seno de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC), recuerdan los cuatro representantes de la Facilitación Internacional, que participaron en el proceso de paz en el Kivu norte, abandonaron bruscamente, en enero de 2009, la ceremonia de integración de cerca de 6.200 elementos rebeldes del CNDP en el seno del ejército regular. Este boicoteo tuvo lugar ante los ojos del ministro de Defensa, Charles Mwando Nsimba, del Jefe de estado-Mayor del FARDC, el general-mayor Etumba, del Inspector general de la Policía nacional francesa, Jhon Numbi, y del gobernador de Kivu- Norte, Paluku.

Uno de los firmantes, el 16 de enero de 2009, de la «Declaración» que consagraba el fin de la rebelión del CNDP contra el poder central y las FARDC, Bosco Ntanganda, nombrado inmediatamente Comandante de las Operaciones al nivel de la 8ª Región Militar (Kivu-Norte), no habría podido ejercer mucho tiempo este cargo, ya que la Monuc lo ha descalificado, en el marco de su apoyo a las FARDC en la operación Kimia II, puesta en marcha contra los milicianos Hutu del FDLR (Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda).

Desde entonces, este general desapareció de escena. ¿Kabila tiene la capacidad de mantener esta situación sin riesgo? Mientras se estrecha el cerco alrededor de Bosco Ntanganda, actualmente acusado de haber dirigido las tropas del CNDP durante las matanzas en Kanyabayonga, hechos considerados crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, nos preguntamos si Joseph Kabila va a continuar arriesgándose a protegerle, sin atraer el enfado de la CPI y de la comunidad internacional.

Al ritmo que se suceden las quejas contra el ex brazo derecho del general Nkunda, va a ser difícil para el Jefe de Estado y el gobierno congoleño persistir en oponerse a su detención y a su transferencia a tierra helvética, una actitud que parece una garantía de la impunidad. El progenitor de la tolerancia-cero, queda en un puesto muy lastimoso. Se encuentra, en lo sucesivo, ante un dilema terrible: condenar a Bosco Ntanganda y volver al delicado proceso de integración de las tropas del CNDP en el seno del FARDC; o desafiar a la comunidad internacional e hipotecar todos los esfuerzos realizados hasta el momento, para apoyar el proceso de paz en RDC. Pero teniendo en cuenta a las apuestas políticas y militares actuales, no serían extraño ver que el poder de Kinshasa se deshace de Bosco Ntanganda, reservándole una suerte peor que la de Laurent Nkunda.

(Le Phare, Congo R.D. 10-09-09)

Traducido por DIATTA Mame Diarra, estudiante senegalesa de Lenguas Extranjeras Aplicadas de la universidad de Lyon, colaboradora en prácticas con la Fundación Sur.

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