Boda, por Chema Caballero

28/04/2010 | Bitácora africana

Como estaba previsto el jueves, después de misa, fuí a Lungi. El coche iba cargado de personas que querían asistir a la boda de Mr. Koroma. Como era de esperar el primero en presentarse fue Mr. Kabbakeh, que no pierde ninguna ocasión de poder beber un par de cervezas gratis, que a las seis y media de la mañana ya estaba en la puerta de la misión no fuera que saliese yo antes de tiempo y le dejase en tierra.

Alpha corrió todo lo que pudo y a las doce estábamos en la gasolinera de Lungi llenando el depósito, para no perder tiempo a la vuelta. Allí se bajó Jalloh y cogió un taxi hasta el ferry. Nosotros fuimos a buscar la casa de la familia de la novia, que estaba en una aldea cercana a Lungi que da la casualidad que también se llama Madina. Hay diecisiete Madinas en Sierra Leona, quizás a esto se deba uno de los varios errores del programa del Mundo TV con Casillas, en el mapa que muestran con un cochecito moviéndose, nos hacen viajar hasta Madina Oula, que está en la otra punto del país, en vez de a Madina Tonko que es donde en realidad nos dirigimos.

Tras descargar al personal de la casa de la novia, Alpha y yo nos acercamos a la misión donde encontramos a Natalio, Basilio y Peterlini y a un grupo de monjas que estaban de retiro allí, Me di una ducha, me vestí para la ocasión, es decir me cambié de camiseta y en vez de chanclas de goma me puse unas de piel de vaca que me hace uno de mis amigos fullas. Natalio me sometió a uno de sus interrogatorios de tercer grado para saber como iban las cosas en Madina y los rumores de cara al próximo Capítulo Regional que empezamos mañana domingo por la tarde en Makeni y cuando llegó la hora de comer me despedí de él y de los otros y a las monjas les hice un gesto con la mano porque estaban de silencio absoluto.

Alpha y yo nos fuimos a comprar un bocadillo para comer y a las dos y media, cuando Kabbakeh nos llamó diciendo que ya estaba todo el mundo preparado para empezar la ceremonia, nos dirigimos a casa de la novia.

Al llegar allí nos hicieron sentar en las sillas de honor, junto al hermano mayor de Mr. Koroma que era el encargado de llevar a cabo la negociación entre las dos familias.

La ceremonia a llevar a cabo era la última fase del matrimonio tradicional, que se conoce como entrega de la calabaza. Curioso que en Sierra Leona la calabaza tiene el significado de matrimonio y entre nosotros el que te den calabazas es todo lo contrario.

Hawa, la novia, es susu y Sargo, el novio, loko, por lo que el primer paso fue ponerse de acuerdo en como proceder para la boda porque se encontraban dos tribus distintas y había disparidad de ritos. Puestos de acuerdo las dos partes sobre el particular, empezaron las presentaciones de las dos familias. La voz cantante la llevaba el hermano mayor de Mr Koroma y su mujer, que sentada junto a él, le iba dirigiendo.

Terminados los preliminares se mandó llamar a la novia. Salieron las mujeres de la familia acompañadas de un señor con un tambor que hasta entonces nos había estado amenizando los tiempos muertos. Volvieron todos cantando y bailando. La novia, toda de blanco, miraba al suelo y mostraba cara triste como manda la tradición. Una vez que esta llegó y se sentó en una de las sillas preparadas enfrene de la mesa presidencial, y se mandó llamar al novio. Los amigos y familiares de este que habían ido hasta Lungi fueron a buscarle, otra vez acompañados del señor del tambor y volvieron cantando, pero sin bailes como las mujeres. Kabakeh se las apañó para ponerse a la derecha del novio, como si fuera miembro de la familia.

Llegado el novio, se sentó junto a la novia y se le cubrió la cabeza con el velo que llevaba ella, así los dos quedaban bajo el mismo manto. Las mujeres salieron a bailar otra vez y una anciana de la familia se colocó detrás de Hawa para abanicarla, mientras otra más joven se colocaba detrás del novio.

Entonces se procedió con la boda. Primero la familia de la novia presentó las nueces de kola y diez mil leones para dar la bienvenida, y luego el hermano de Mr Koroma empezó a repartir sobres con dinero, para el papá, la mamá, las otras mujeres del padre, los tíos por parte del padre, las tías por parte del padre, los tíos por parte de la madre, las tías por parte de la madre, los hermanos, las hermanas, los primos, las primas, los niños que habían barrido, los niños que habían traído el agua, los vecinos, las vecinas, el jefe del pueblo, el imán, el cura, y por último un sobre para aquellas personas que se hubiera olvidado mencionar.

Terminado el reparto de sobre intervino el padre la novia y dijo que faltaban dos sobres, uno para la familia Kamara y otro para la familia Sillah, con las que su familia estaba emparentada. El hermano de Mr Koroma ya venía preparado para esta eventualidad y cogió los sobres que le pasó su mujer metiendo dinero en ellos los paso. Entonces el padre de la novia volvió a intervenir hablando en susu. El traductor dejó de traducir al Krio. Se produjo una fuerte discusión entre el padre, el jefe del pueblo y algún otro de los asistentes a la ceremonia. Como estábamos en plena calle, alguno de los pasaban por allí se sumaron a la discusión. Yo no me enteraba de que iba la cosa así que pregunté a uno de los niños que estaba detrás de mí que me explicase lo que pasaba. Me dijo que el padre de la novia quería más dinero y que el jefe de la aldea le estaba diciendo que habían seguido todo el ritual y que había hecho bien, que no tenía derecho a exigir más.

De pronto el jefe gritó al padre y este salió del círculo en el que estábamos sentados y se fue. El señor del tambor aprovechó para atacar de nuevo y cuando los participantes den la discusión volvieron a sus sitios y los viandantes continuaron su camino, el jefe de la aldea dijo que se podía proseguir, que no había ningún problema.

Entonces pasamos al momento crucial de la ceremonia. La familia del novio produjo una media calabaza llena con las cosas que la mujer necesita para su vida de casa, un pai-pai para aventar el fuego de la cocina, una esterilla para dormir, una tela blanca para amortajar a su padre cuando muera, y por supuesto el dinero que el novio paga por la novia, en este caso seiscientos mi leones, unos doscientos dólares todo ello atado con una tela blanca.

La novia se levantó, recogió la calabaza y se dirigió al hermano mayor e inclinándose ante él le presentó la calabaza. Luego los dos, de cuclillas en el suelo, hablaron por un largo rato. Cuando se levantaron, ella volvió a su sitio y él con la calabaza en la mano se sentó en la mesa de la presidencia y empezó a hacer preguntas a su hermano. Son las preguntas del consentimiento, que si conoce al hombre, que si sabe quién es, que si sabe que si abren la calabaza ella se tendrá que ir con él y abandonar a su familia,

Terminadas las preguntas el hermano nos dio un discurso de más de media hora en el que pidió disculpar por el comportamiento de su padre, expresó lo contento que estaban todos por la boda de la hermana y pidió al novio que la tratase bien y que si alguna vez tuviesen algún problema él siempre estaba dispuesto a intervenir para ayudarles a solucionarlo. Luego declaró que por su parte no había ningún inconveniente para que los dos se casaran y se dirigió a la madre a la que le entregó la calabaza, con lo que se daba por casados a los dos. En este momento el del tambor nos deleitó con otra de sus intervenciones y cuando terminó los recién casados se sentaron en la esterilla que venía en la calabaza, en el centro del círculo. En este momento el hermano de Mr Koroma sacó un anillo de oro con un diamante (al menos daba apariencia de ello) y me lo dio para que lo bendijese, diciendo a todos que era solo un anillo de pedida porque para ellos el matrimonio final sería en la iglesia. Esto levantó algunos murmullos por parte de la familia de la novia, que son todos musulmanes. Pero el jefe de la aldea atajó todo diciendo que como la mujer no tiene religión sigue la del marido, y que no había nada que discutir sobre el tema. Yo bendije el anillo y lo pasé a Mr Koroma y éste se lo puso a la mujer, luego ella se levantó y fue a enseñárselo a todas las mujeres de la familia.

Cuando Hawa volvió a la esterilla el imán del pueblo hizo unas cuantas oraciones. Luego la mujer del hermano de Mr Koroma presentó una maleta, que según ella estaba llena de ropa para Hawa, como símbolo de que no la dejaban en casa del padre sino que se la llevaban inmediatamente, en el próximo ferry, a Freetown. Finalmente el hermano mayor de ella rompió una nuez de kola y le dio la mitad al hermano de Mr Koroma y él se quedó con la otra mitad.

Desde allí nos fuimos a comer. La familia de la novia en una casa y la del novia en otra. Trajeron el arroz y plassas propio de la ocasión y luego algunas cervezas. El señor del tambor nos siguió a la familia del novio y nos amenizó la comida con su repertorio de canciones populares. Después de un poco, alpha y yo volvimos a la misión a descansar.

Ayer por la mañana salimos antes de las seis de Lungi, con tres monjas que iban a Port Loko y el grupo que había venido de Madina, todos resacosos (se entiende que las monjas no) porque habían celebrado hasta tarde.

A las diez y media estábamos de vuelta en Madina justa para recibir a los padres de Bongiovanni y Francis Bangura del Centro Pastoral de Makeni. Han venido para dirigir dos seminarios, ayer por la tarde con los maestros y hoy con los jóvenes. Con los maestros un poco de moral y reglas de conducta, con los jóvenes preparación para el adviento que comenzamos mañana.

Autor

  • Caballero, Chema

    Chema Caballero nacido en septiembre de 1961, se licenció en derecho en 1984 y en Estudios eclesiásticos en 1995 Ordenado Sacerdote, dentro de la Congregación de los Misioneros Javerianos,
    en 1995. Llega a Sierra Leona en 1992, donde ha realizado trabajos de promoción de Justicia y Paz y Derechos Humanos. Desde 1999 fue director del programa de rehabilitación de niños y niñas soldados de los Misioneros Javerianos en Sierra Leona. En la , desde abril de 2004 compaginó esta labor con la dirección de un nuevo proyecto en la zona más subdesarrollada de Sierra Leona, Tonko Limba. El proyecto titulado “Educación como motor del desarrollo” consiste en la construcción de escuelas, formación de profesorado y concienciación de los padres para que manden a sus hijos e hijas al colegio.

    Regresó a España donde sigue trabajndo para y por África

    Tiene diversos premios entre ellos el premio Internacional Alfonso Comín y la medalla de extremadura.

    Es fundador de la ONG Desarrollo y educación en Sierra Leona .

    En Bitácora Africana se publicarán los escritos que Chema Caballero tiene en su blog de la página web de la ONG DYES, e iremos recogiendo tanto los que escribió durante su estancia en Sierra Leona, donde nos introduce en el trabajo diario que realizaba y vemos como es la sociedad en Madina , como los que ahora escribe ya en España , siempre con el corazón puesto en África

    www.ongdyes.es

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