Benin. El Papa peregrino, por Justo Lacunza Balda

29/11/2011 | Bitácora africana

El lema de la República de Benin, que Benedicto XVI ha visitado en su segundo viaje apostólico a África, recita: “Hermandad, Justicia, Trabajo”. Todo un eslogan político y civil, económico y cultural. A ese horizonte luminoso se ha sumado el Papa cuando ha hablado de liderazgo político, de responsabilidad civil, de solidaridad humana. Un mensaje que iba dirigido no solamente a las comunidades católicas del Benin, sino también a los líderes políticos y religiosos del continente africano. Una voz clara, solidaria y valiente para hablar del potencial humano de África y del testimonio de los cristianos a favor de la justicia, de los derechos, de la dignidad, de la libertad. El mensaje de Jesús traducido e encarnado en las sociedades africanas. El viaje del Papa peregrino ha sido como un grito de esperanza en un mundo que parece vivir distraído.

Queda mucho trecho por recorrer cuando se habla de “justicia”, viendo la zarpa indigna de la corrupción tan extendida y enraizada. Los tentáculos de los corruptores, tiranos y dictadores impiden el desarrollo, pisotean los derechos humanos y ahogan las libertades civiles. La avaricia de los corruptos no conoce límites ni condiciones. Oprime, esclaviza, amarra a la indignidad visceral de los que utilizan los seres humanos para su propio uso y consumo. Porque la corrupción asienta una puñalada feroz en el alma humana.

Es largo el camino cuando se habla de “trabajo”. Millones de africanos se ven obligados a abandonar sus familias, pueblos y aldeas en busca de una vida más digna. Huyendo de la pobreza, dejando atrás la miseria, soportando el hambre. No todo es fácil cuando se atraviesan países, se recorren regiones, se sube uno a pateras destartaladas. Cuantas vejaciones, dramas y sufrimientos.

Y porqué no hablar de “hermandad”. Es muy fácil debatir sobre la solidaridad humana, la cooperación internacional y la ayuda humanitaria. La crisis actual nos impide muchas veces ver más allá de nuestro espacio personal o percibir lo que pasa lejos de nuestras propias fronteras. Por otro lado también los vaivenes y sacudidas de la economía están abriendo nuestros ojos a realidades crudas, duras y escalofriantes de nuestro mundo.

En Benin las creencias, los ritos y las prácticas voodoo tienen gran arraigo histórico. En sus discursos el Papa no ha evitado referirse a la magia y la brujería, como obstáculos presentes, peligros constantes y vías reales que, lejos de liberar, lo que hacen es esclavizar el ser humano.

Autor

  • Lacunza Balda, Justo

    Justo Lacunza Balda, sacerdote de la Sociedad de Misioneros África - Padres Blancos, nació en Pamplona el 14 de marzo de 1944. Obtuvo la diplomatura en estudios árabes, en PISAI, Roma, en 1977, y la licenciatura en Estudios Árabes e Islámicos, en la misma institución de Roma en 1978.
    Perfeccionó la lengua árabe en Túnez, en el Institut Bourguiba des Langues Vivantes, entre 1975 y 1978. Tras los estudios, Justo Lacunza obtuvo el doctorado en lenguas y culturas africanas, con especialización en el Islam y literatura islámica en lengua suajili, en la SOAS (School of Oriental and African Studies), de Londres, en 1989.

    Ha realizado trabajos de investigación sobre el Islam y las sociedades musulmanas en multitud de países entre los que destacan Alemania, Argelia, Bélgica, Burundi, Canadá, China, Congo, Egipto, España, Estados Unidos, Francia, Irlanda, Italia, Jordania, Kenia, Liberia, Libia, Malasia, Malí, Marruecos, Noruega, Reino Unido, Singapur, Sudán, Suecia, Taiwán, Tanzania, Tailandia, Túnez, Uganda, Venezuela y Zanzíbar.

    Ha publicado libros y numerosos artículos y colaboraciones sobre el Islam en diversas publicaciones y medios de comunicación de diferentes países. Lacunza Balda ha sido distinguido con la Placa de Reconocimiento, por su contribución al diálogo entre Civilizaciones (Embajadores de Asia ante la Santa Sede, 1999). También ha sido nombrado "Embajador de Paz" por los Ayuntamientos de las ciudades italianas de Eboli (2001), Barletta (2002) y Trani (2003) y Educador Internacional del 2005 por el Instituto de Biografías de Cambridge, Reino Unido.

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