Ayudas sociales en Suráfrica: ¿dependencia o desarrollo?

5/12/2007 | Crónicas y reportajes

Cuando el Congreso Nacional Africano, ANC, se prepara para su conferencia en Polokwane, en Limpopo, muchos se preguntan si un posible cambio en el liderazgo irá acompañado de un cambio en la política social, especialmente en las ayudas sociales. Uno de las más importantes y controvertidas armas de la lucha contra la pobreza.

En abril de este año, más de 8 millones de niños surafricanos, de menos de 14 años, se estaban beneficiando de una ayuda mensual de 200 rands (casi 26 €), a los padres o cuidadores que ganaban menos de 800 rands al mes, (menos de 102 €), según el último informe. ‘Cambio de Política Social: La ayuda de apoyo a los niños en Suráfrica’, del sociólogo Francie Lund y el Consejo de Investigación de Ciencias Humanas del país, HSRC, documenta la batalla por la creación de una ayuda de bienestar, en un país en el que unos niveles alarmantes de pobreza permanecen, 13 años después de la desaparición del apartheid.

“Tenemos que encontrar algo que tenga efectos probados en la salud, en la asistencia escolar, en el estado nutricional”, asegura Lund, que dirigió en 1995 el Comité que recomendó la iniciativa de la ayuda por los niños. Las mujeres son, de manera abrumadora las mayores receptoras de las ayudas. Pero, a pesar de los estudios internacionales que señalan que las mujeres son a menudo las que utilizan la riqueza de forma más efectiva, “cuando introdujimos por primera vez la idea de la ayuda,…, (la mayor parte de los altos funcionarios) estaban en contra, alegando que dar ayudas a las mujeres creará dependencia y potenciará los embarazos. No sé si influiría el que la mayoría de ellos fueran hombres”.

La combinación de una sólida investigación interdisciplinar y la comprensión del Comité del SIDA y el VIH, ayudó a convencer a los antiguos disidentes, pero no silenció por completo el debate sobre la dependencia. “Es un tema muy controvertido, con las últimas batallas sobre los ‘incentivos malsanos’”, dice el doctor Monde Makiwane, del HSRC, que ha publicado un estudio disipando la noción de que las ayudas incentivan los embarazos adolescentes, porque las jóvenes iban a tener niños para acceder a las ayudas.

Mientras Makiwane admite que Suráfrica tiene un problema en este tema, dice que el nivel de embarazos adolescentes no es muy diferente del de otros países de ingresos medios como Brasil y Argentina.
“lo que creemos es que la gente está confundiendo los embarazos de adolescentes con el cambio en la fertilidad”, continua Makiwane. “Las mujeres africanas están teniendo hijos antes, pero paran antes también, así, si miras a una población, probablemente veas que las mujeres embarazadas son más jóvenes”.

Según el profesor de económicas de la Universidad de KwaZulu-Natal, Charles Meth, la ayuda de apoyo a los niños ha sido una intervención crucial en la lucha contra la pobreza, un asunto que, a pesar del sólido crecimiento de Suráfrica, ha acosado al Presidente Thabo Mbeki, desde su elección en 1999.

Cuando se acerca el próximo congreso del ANC, en el que Mbeki pretende lograr una tercera legislatura a la cabeza del partido, sus críticos argumentan que los beneficios del 5 % del índice de crecimiento han reforzado las desigualdades sociales en la sociedad, y que no ha tenido impacto alguno en los pertinaces niveles de desempleo, que oficialmente alcanzan el 25 %.

El Instituto Surafricano para las Relaciones de Razas, un Think Tank (grupo de expertos) de Johannesburgo, fue duramente criticado hace poco por el Gobierno por decir que el número de surafricanos que viven con menos de un dólar al día ha aumentado de 1.9 a 3.6 millones entre 1996 y 2001. Sin embargo, el estudio también mostraba que después de 2002, este número ha decrecido gracias al incremento del 300% las ayudas sociales, entre 2001 y 2006.

A pesar del enorme crecimiento de receptores de ayudas sociales, las organizaciones de la sociedad civil, como la Black Sash y los principales interventores en el Congreso Surafricano de los Sindicatos, COTASU, han pedido que la ayuda en apoyo a los niños se haga extensiva a todos los menores de 18 años, y que se establezca una ayuda de ingresos básicos. “Existe este enorme hueco entre los 14 y los 65 años de edad, en el que la mayoría de la gente no tiene ninguna ayuda en absoluto”, afirma la miembro de Black Sash, Karen Peters.

Con respecto al asunto de una ayuda para ingresos básicos, una iniciativa para que cada ciudadano tenga unos ingresos mensuales mínimos ha sido rechazada con vehemencia dentro del Gobierno. Pero existe un consenso general en el ANC sobre que la ayuda en apoyo a los niños debe hacerse extensiva hasta los 18 años, según Selwyn Jehoma, Subdirectora General de la Seguridad Social en el Departamento de Bienestar Social.

“ha habido alguna oposición en el Gobierno porque no podemos argumentar todavía cuáles son los beneficios para los niños más mayores”, dice ella, “necesitamos construir un caso más sólido en torno a este asunto, pero justo ahora no se ha realizado suficiente trabajo para elaborar un perfil de niño más mayor necesitado”. Los argumentos contra este aumento de ayuda se han caído recientemente tras los excedentes de presupuesto que se han dado a conocer.

El investigador sobre el SIDA, Hein Marais, ha comentado que “Nos han hecho creer que la profundidad y la escala de pobreza surafricana hace de la asistencia social una necesidad, pero una necesidad desafortunada: algo a lo que deberíamos desacostumbrarnos si pudiéramos alcanzar un crecimiento económico suficiente”.

La idea de un punto final de asistencia social, o un cese inevitable, es un síntoma de lo que Marais ve como una desconexión entre las políticas sociales y las económicas, que surge cuando los líderes van inclinándose cada vez menos a creer que las ayudas sociales son agentes de desarrollo.

“Todavía estamos tratando con el cisma fundamental entre desarrollo o bienestar, un cisma que se traduce en jóvenes teniendo niños para obtener 200 rands para sus bolsillos”, alegó, “Es un cisma que puede superarse y que tiene que superarse”.

Aunque no es miembro del ANC, Jeroma está casi segura de que las ayudas sociales volverán a estar en la agenda del congreso del partido, que comenzará el 16 de diciembre. “Mientras haya tanta gente pobre en este país, esta es una conversación inevitable”.

IRIN. 29 de noviembre de 2007.

Johannesburgo. Suráfrica.

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