Argentina y Brasil: recorrido afro común, por Omer Freixa

30/11/2016 | Bitácora africana

En materia de efemérides, noviembre, en la Argentina y Brasil, presenta dos fechas muy significativas para sus afrodescendientes. Se estiman 2 millones en la primera (casi el 5% del total, si bien el último censo nacional indicó poco menos de 150.000 autorreconocidos) y que, a pesar de dichas cifras, se jacta de ser la nación más blanca y europeizada de la región; y unos 100 millones en su vecina del norte, la segunda nación del mundo con mayor cantidad de población afro, casi el 50% de la demografía del país.

afroargentino_2.jpg

Los dos episodios históricos, que constituyen materia de celebración, tienen en común la profunda huella de la africanía en estos países, variable presente en toda América, porque la raíz demográfica continental es tripartita: europea, originaria y africana, aunque esta última sea la más atacada o, para el caso argentino, completamente negada. Además, otro elemento compartido es que los actores detrás de estas efemérides se alzaron y fueron reivindicados como símbolos de resistencia contra el colonialismo, frente al tan achacado mito de sumisión del africano en América, en particular pensando en el flagelo de la esclavitud y la trata, cuando esta última sembró el Nuevo Mundo con el aporte de más de 10 millones de africanos que involuntariamente fueron trasladados en el movimiento diaspórico más grande de la historia.

María Remedios del Valle, «Madre de la Patria» como fuera apodada, se encuentra a la base de la explicación de por qué desde 2013, a instancias de la Ley Nº 26852, se celebra «el Día Nacional de los/las Afroargentinos/as y de la Cultura Afro». Esta guerrera afro, de origen muy humilde, fue condecorada y ascendida a capitana por el General Manuel Belgrano, entonces conductor del Ejército del Norte, tras demostrar su valor y temple en combate. Se eligió el 8 de noviembre debido a que ese día de 1847 fue el de su muerte. Esta mujer, una de las llamadas «niñas de Ayohúma», que tanto apoyo brindó al prócer y creador de la bandera patria, murió pobre y apenas considerada, con una pensión escasísima. Su presencia en la geografía urbana aún dista de ser significativa y nunca tuvo una biografía sino hasta hace pocos días, presentado el libro «Capitana María Remedios del Valle, Madre de la Patria» de Daniel Brión, con motivo de un aniversario más del paso de esta afrodescendiente a la inmortalidad. Es una más de entre los tantos artífices del pasado y el presente argentino, aunque mucho tiempo ignorada por su origen humilde y su adscripción étnica.

De más larga data es en Brasil el festejo del «Día de la Conciencia Negra», desde 2003 incluido en el calendario escolar. En sus inicios se lo celebraba el 13 de mayo (fecha de abolición de la esclavitud, en 1888) pero fue trasladado para demostrar la iniciativa afro en un acto genuino de búsqueda de la libertad y no como una medida impuesta desde el poder de turno.

El 20 de noviembre de 1695 fue ajusticiado el rey Zumbi, último mandatario del Quilombo dos Palmares, una «República negra», compuesta por numerosas aldeas, reunidas por motivos de seguridad, y habitadas por esclavizados fugados de sus amos (y otros, como algunos indígenas) que resistieron por espacio de 65 años sendos embates de la metrópoli portuguesa, y también de las huestes holandesas. En la historia americana no hay un episodio tan prolongado en el tiempo de resistencia de subalternos, si bien las rebeliones y otras formas de insubordinación negra jalonan cada siglo de dominio colonial, y más allá del mismo también. Pese a que en Brasil los problemas subsisten, y por ejemplo un joven afrobrasileño es asesinado (por narcotraficantes o fuerzas del orden) cada 23 minutos, las organizaciones negras gestionaron y celebran el Día de la Conciencia Negra. Recapitulando, la historia del Quilombo dos Palmares representa una de las primeras experiencias libertarias de esclavizados en América.

afrobrasilena.jpg

Avances destacados

En poco más de una década, ambos países avanzaron en materia de mejoras y legislación para sus comunidades afrodescendientes.

Comenzando por Brasil, con la conciencia de ser el segundo país del mundo con mayor población afrodescendiente, se intentó mejorar las condiciones para un grupo poblacional muy grande. El 21 de marzo de 2003, en homenaje al Día Internacional de Eliminación de la Discriminación Racial, se creó la Secretaría de Políticas de Promoción de Igualdad Racial (Seppir) y en 2010 se sancionó el Estatuto de Igualdad Racial, establecido conforme Ley Nº 12288, que creó el Sistema Nacional de Promoción de Igualdad Racial (Sinapir). Este último fue reglamentado en 2013, con el objetivo de implementar un conjunto de políticas y servicios para superar las desigualdades raciales en el país, garantizando a la población negra la efectiva igualdad de oportunidades, la defensa de sus derechos y el combate a la discriminación y otras formas de intolerancia.

Por medio de estos cambios se intentó modificar la inequidad en el sistema universitario, en particular. Por ejemplo, en 2010 se fundó la Universidad Federal para la Integración Luso-Afro-Brasileña (Unilab), en uno de los primeros sitios en ser abolida la esclavitud, la ciudad de Redenção, en el Estado norteño de Ceará. Con esta medida, y otras, se evidenciaron ciertos progresos. Mientras en 2004 cerca del 2% de estudiantes afrobrasileños concurría a la universidad, doce años más tarde en 2006 el porcentaje se elevó a poco más del 12%. Por su parte, también en el plano educativo, desde 2004 la enseñanza de la historia de África y el contenido afrobrasileño son temas obligatorios en la educación primaria y secundaria brasileña.

Respecto a los quilombos, si bien la Constitución de 1988 avanzó preliminarmente en el reconocimiento de los derechos de quienes ocupaban antiguas tierras quilombolas, no fue hasta 2003, por vía del Decreto N° 4887, que se reglamentó el proceso por el cual pudieron reconocerse tierras de remanentes de quilombos, y titularizarlas. La medida benefició a más de 11.500 familias y es un proceso que en la actualidad continúa abierto.

Por último, entre otras medidas de acción afirmativa que motivos espaciales no permiten extender, desde noviembre de 2011, mediante la Ley Nº 12519, se incluyó en el ámbito nacional la celebración del Día de la Conciencia Negra, que honra la vida del citado Zumbi dos Palmares, y que es jornada no laborable en varias ciudades y Estados del país desde hace un lustro. Para los afrobrasileños es una señal de orgullo en un momento álgido de violencia y conflictividad social.

En la Argentina, a diferencia de Brasil, el movimiento negro y la conciencia son mucho más recientes y, al respecto, la primera década del presente siglo evidenció la fundación de nuevos e importantes grupos en defensa de lo afro, como en 2007 la Asociación Misibamba (en Merlo, Provincia de Buenos Aires), que reúne a los «afroargentinos del tronco colonial» (a esta categoría pertenece el 92% de los afrodescendientes censado del país). En 2006 se creó el Foro de Afrodescendientes en la Sociedad Civil y en 2009, gracias a sus acciones y las de otros grupos, se instituyó desde lo estatal ese año como el de la «Visibilidad afro». Al año siguiente fue creado el Consejo Nacional de Organizaciones Afro de la Argentina (Conafro) y el movimiento en general se apuntó una gran victoria al incluirse la pregunta sobre ancestro afro (a título de muestreo) en el último Censo Nacional de octubre, al margen de varios percances y fallas organizativas, siendo reconocida esta faceta del Censo como la primera política pública.

Entre otras medidas y acciones culturales, vale la pena remarcar que el 21 de marzo de 2011 se celebró el Primer Congreso Nacional de Afrodescendientes y Africanos/as de la República Argentina. El movimiento iba tomando forma y, más allá de disensiones internas varias, en 2013 se llegó a una instancia fundamental con la imposición del 8 de noviembre como festivo gracias a la Ley Nº 26852, aprobada el 24 de abril de ese año. Al final, los afrodescendientes argentinos tienen su día, aunque se necesite visibilizarlo mucho más para contrarrestar la presunción de desaparición y la constante de invisibilidad que padece este grupo en el país que se considera a sí mismo blanco y europeo y su capital llamada hoy día la ?Reina del Plata? en una nación cuyo nombre aparenta desconexión total con la negritud.

La huella africana entre dos naciones

Al ser Brasil la última nación del continente en abolir la esclavitud, es lógico que muchos esclavizados hayan huido a países vecinos, como la Argentina, y terminasen instalándose allí en búsqueda de libertad (aunque muchos fueron devueltos al origen). Con su venida los afrobrasileños dejaron huellas y hoy son un grupo más, al igual que colectivos afro de otros países vecinos y de la región, como Uruguay, Colombia o Haití, que integran la diversidad presente entre los afrodescendientes de la Argentina. Los cultos afrobrasileños como la umbanda, la macumba y el candomblé, tan mal entendidos y denostados por su origen «africano», son un ejemplo de este aporte cultural.

Pero también la influencia ha impreso su marca en el lenguaje local. Si en Brasil, la voz «quilombo» significa una especie de república de negros cimarrones (alzados y huidos) durante el período de la esclavitud, en algunos sitios de África (o de Brasil) el significado del vocablo difiere bastante. Por ejemplo, en otros sitios de la ex colonia portuguesa fuera de Pernambuco (sede del Quilombo dos Palmares), los quilombos se llamaban mocambos, del idioma kimbundu, con el significado de escondrijos, refugios de negros, pero también aldeas, mientras que en el Estado de Alagoas responde a un juego folclórico. Otra versión, proveniente de África, asegura que los hombres polígamos tenían harenes de esclavas, y la reunión de ellas constituía un quilombo. En Angola (de donde provinieron buena parte de los más de 5 millones de africanos introducidos como mercancías en Brasil entre principios del siglo XVI y 1888), el término aplica a lugares destinados a descansar de los viajes efectuados al exterior. La lista con significados puede seguir, pero lo que importa es resaltar que el término fue importado en la Argentina con la idea de algo inmoral, tumulto, desorden, etc., en relación al mal recuerdo en la memoria del colonizador de la experiencia quilombola cuando, en realidad, la voz original no guarda relación alguna con el ámbito de la inmoralidad en sus diversas acepciones.

Original en : El Economista América

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster