Argelia: ¿quién sucederá a Bouteflika?

20/06/2013 | Crónicas y reportajes

Es muy probable que el presidente Bouteflika no se presente para un cuarto mandato. Sin embargo, tras producirse dimisiones y tensiones internas en su partido, no está claro quién será su sucesor.

Hace semanas, abundan las especulaciones sobre si el presidente argelino, de 76 años de edad, Abdelaziz Bouteflika, se presentará a las elecciones para un cuarto mandato consecutivo, en abril de 2014.

El pasado 27 de abril, fue llevado de urgencia a un hospital de París, tras sufrir un infarto cerebral menor. Una serie de comunicados oficiales confirmaron que se está recuperando bien y que se espera que vuelva a Argelia muy pronto. Pero todavía no ha retomado sus funciones presidenciales.

Este último contratiempo podría no ser suficiente para impedir que siga cumpliendo su mandato hasta el próximo año, pero su salud se ha deteriorado constantemente desde 2005, cuando fue hospitalizado tras desarrollar una úlcera. Por lo tanto, ¿Cuáles son los escenarios posibles de cara a las próximas elecciones?

Un Bouteflika cansado

Queda la posibilidad de que Bouteflika pueda ser considerado no apto por sus compañeros. Según el artículo 88 de la Constitución de Argelia, los miembros del parlamento pueden declarar al presidente no apto para gobernar, siempre que haya un consenso mayoritario de dos tercios de la cámara. Esto dejaría al presidente del senado al cargo del país durante 45 días. Si tras ese periodo, el presidente todavía es declarado incapaz de gobernar, el presidente del Senado puede continuar con sus responsabilidades “presidenciales” por un máximo de 60 días hasta que se celebren unas nuevas elecciones, a las que no le está permitido presentarse.

Aún así, es poco probable que Abdelaziz Bouteflika se presente a las próximas elecciones presidenciales por otras razones. Después de 15 años de presidencia, no parece estar motivado para buscar un mandato más. Las elecciones legislativas del año pasado en Setif, donde Buteflika proclamó fervientemente “tab jnana” (que hay que dejar el gobierno para que la próxima generación tome el relevo), es un claro indicativo de esto.

Hay rumores de que Bouteflika está sicológicamente cansado y decepcionado por los numerosos escándalos que han manchado la imagen de Argelia –particularmente las acusaciones de corrupción contra un acuerdo en el que estaba implicado el gigante energético nacional, Sonatrach, el ex ministro de Energía, Chakib Khelil y compañías italianas y canadienses.

¿Una carrera de un solo caballo?

Aparte del ex ministro Ahmed Benbitour, que ha declarado oficialmente que se presentará a las elecciones presidenciales de 2014, ningún otro candidato ha anunciado formalmente sus intenciones de presentarse. Por tanto, lo que queda, en gran medida, son conjeturas.

Sin embargo, en los próximos meses pueden surgir otros dos contendientes. El primero es el actual primer ministro Abdelmalek Sellal, que, debido a su actitud amable y positiva, disfruta de una popularidad genuina entre la población. Sin embargo, Sellal no tiene el apoyo de ningún partido en particular.

Mouloud Hamrouche, un tecnócrata y ex primer ministro, podría estar también entre los contendientes. Pero unos 20 años en la arena política significa que lograr apoyo en las urnas pude ser difícil para él.

Esta situación tan finamente preparada, deja la puerta abierta a otros candidatos. Hablando en general, el panorama político de Argelia comprende dos partidos principalmente, FLN y RND, y otros cuatro partidos menos dominantes, el FFS, el RCD, el PT y el MSP. Hay 47 partidos registrados en total.

Liderando el FLN

Tras la eliminación del candidato presidencial Abdelaziz Belkhadem, de su puesto de Secretario General del partido en el gobierno, el Frente de Liberación Nacional, FLN, en enero, Abderrezak Bouhara fue percibido como por muchos como el sucesor natural para liderar el partido hasta el próximo congreso, en 2015. Sin embargo, su muerte en febrero ha dejado el FNL con escasez de líderes carismáticos para las próximas elecciones presidenciales.

Desde el fallecimiento de Belkhadem, las disputas internas del partido han llevado a un punto muerto político. Las insinuaciones de deslealtad y discursos perversos están evitando no solo que los miembros no elijan a un nuevo Secretario General sino que tampoco propongan un candidato presidencial.

En este difícil clima político, tres figuras principales parecen ser las favoritas para tomar el liderazgo del FLN y eventualmente convertirse en candidatos presidenciales:

Mohamed Boukhalfa, tiene un excelente conocimiento del partido y sus dinámicas, lo que le ha servido de mucho a lo largo de los años. Sin embargo, a pesar del apoyo, Boukhalfa, tiene 79 años y no parece en suficiente buena forma física para aceptar el reto. Aunque tiene mucha experiencia dentro del partido, puede que le falte autoridad e influencia para ser un candidato serio.

Amar Daadani, es considerado como la elección de los empresarios. Disfruta de fuertes conexiones con los cuadros del palacio presidencial, lo cual, eventualmente, podría demostrar ser una base de apoyo clave. Pero sus adversarios nunca dejan pasar la oportunidad de recordarle los escándalos de corrupción del pasado en los que ha estado, supuestamente, implicado.

La opción final sería Abdelaziz Ziari, un médico y actual ministro de Sanidad. Inicialmente dio señales de sus ambiciones presidenciales, cuando dirigió una carta a Bouteflika, para que le diera su autorización para la candidatura. Pero, no parece disfrutar del apoyo total dentro del partido y sus diferentes clanes, a pesar del hecho de que todos están de acuerdo en que Ziari tiene enormes cualidades y que es uno de los miembros del partido más competentes. Con la postura poco clara del FLN, ¿podría el RND adelantarse a sus rivales?

Los prospectos del RND

Desde que el ex primer ministro Ahmed Ouyahid dimitió de su puesto como secretario general el año pasado, su puesto en el partido RND, Agrupación Nacional para la Democracia, el segundo partido más importante del país, no ha sido cubierto. El congreso del partido deberá tener lugar en algún momento entre junio y septiembre de este año, entonces será elegido un nuevo Secretario General.

A pesar de su dimisión, Ouyahia bien podría ser uno de los favoritos más sólidos en la carrera presidencial. Puede que no le guste al público general, pero no obstante es respetado por su habilidad; tiene una fuerte y eficiente red política, apoyo entre la periferia de la política y una tremenda experiencia política. Es importante destacar que mientras que otros candidatos potenciales tienen sesenta y muchos o setenta y pocos años (aparte de Sellal, que tiene 64), Ouyahia tiene 61. En un país donde la mitad de la población es menor de 30 años, esto podría resultar un parámetro importante para muchos votantes.

Lo mejor del resto

Sea como fuere, algunos analistas y observadores políticos han sugerido recientemente que el ex presidente Liamine Zeroual podría ser una opción viable. Si sucede a Bouteflika, es considerado como el hombre capaz de unir a todos los componentes de la sociedad de Argelia.

Zeroual es considerado por lo general como un hombre de integridad, devoto a su país, con apoyo de todas las instituciones nacionales como los partidos y el ejército. Es el único presidente de Argelia que dimitió de forma independiente, antes del término de su mandato.

Algunos analistas argumentan que Zeroual podría por tanto ser el hombre para gobernar Argelia a través de un periodo de transición de unos dos años, que permitiría a otros partidos, a grupos de la sociedad civil y asociaciones de trabajadores y de comercio reformularse. Esto podría ser una opción segura, una que satisfaría a un gran número de personas en Argelia, pero Zeoual no parece dispuesto a volver a la cabeza del estado.

Aunque otros partidos se han expandido políticamente, el RCD, Agrupación por la Cultura y la Democracia; el FFS, Frente de Fuerzas Socialistas; el PT, Partido de los Trabajadores; y el islamista MSP, Movimiento por una Sociedad Pacífica, es muy improbable que cualquier candidato que presenten gane las próximas elecciones presidenciales.

Son vistos o como demasiado provinciales, o demasiado islamistas, y la población está profundamente preocupada. La derrota aplastante de los islamistas en las elecciones legislativas del año pasado, es una señal de los tiempos que corren. Louisa Hanoune, del PT no puede esperar más de un papel simbólico en las elecciones.

Incierta pero segura, la floreciente democracia de Argelia

Pero estas complicaciones no deben enmascarar acontecimientos más amplios y positivos. Cincuenta años después de la independencia de Argelia, y casi 20 desde que terminase el monopolio político del FLN, la escena política de Argelia bien podría estar al borde de una nueva era.

La continua lucha por el liderazgo de los principales partidos puede mostrar que a pesar de las dinámicas internas, Argelia podría avanzar poco a poco hacia una sociedad con partidos políticos modernos y pluralistas. La vieja guardia puede seguir en el poder unos años más, pero hay una generación más joven ansiosa por tomar posesión del futuro del país.

Los cambios en el liderazgo del FLN y del RND han sido dirigidos internamente o por retos explícitos y abiertos de reformistas o por maniobras intestinas secretas. Pero, en ambos casos, las salvaguardas instauradas han prevalecido sobre las disensiones, ya sea por votación abierta, transparente y democrática, ya sea mediante la dimisión de los titulares.

También puede merecer la pena afirmar que a nivel de género, en la línea con los objetivos oficiales de la ONU, que estipulan que las asambleas nacionales deben tener un mínimo del 30 % de representación femenina, un tercio de los escaños del parlamento de Argelia, 32 %, están ocupados actualmente por mujeres, desde las elecciones parlamentarias del año pasado. Esto no es solo una configuración política única en todo el mundo árabe, sino también un objetivo que muchos países occidentales no han alcanzado todavía.

Como muestran los eventos en algunos países de la Europa del este, así como el estancamiento político en los vecinos Egipto, Libia y Túnez, la emergencia de democracias de vía rápida no es necesariamente una garantía de estabilidad o de democracia vibrante y sana a largo plazo.

Desde 1988, y Argelia se ha comprometido con las reformas políticas, han ocurrido cambios significativos dentro del sistema político complejo y sofisticado. Más que ningún modelo externo, esta experiencia nacional podría ser perfectamente la base para el futuro.

Abdelkader Abderrahmane

(Think Africa Press, 10 de junio de 2013)

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