Argelia: Buteflika apoya a Gadafi

14/03/2011 | Opinión

“Nuestro primer sentimiento con respecto a lo sucedido en Túnez y Egipto fue de sorpresa. Túnez daba una imagen de país muy pacífico”, el ministro de Asuntos Extranjeros de Argelia, Mourad Medelci, que ha intentado explicar la postura argelina frente a la revolución tunecina y egipcia, en una entrevista con el diario francés Le Monde, deja perplejo y permite ver la visión de falta de compromiso por parte de la diplomacia argelina, en la escena internacional en general y en la árabe en particular. Mourad Medelci reconoce que no hubo una reacción “oficial y rápida” sobre las revoluciones de los pueblos tunecino y egipcio. Su argumento: “la tradición argelina es respetar lo que pasa en los países, aunque estos países sean vecinos”. La explicación de Medelci no se sostiene.

Digámoslo claramente, el régimen de Bouteflika, que también es muy contestado por los argelinos, ha jugado a favor de Ben Ali y Mubarak hasta el último minuto. En realidad, la caída de este último fue inesperada para Argel, no es otra cosa. Esta es la razón por la que el régimen argelino ha mostrado tanta prudencia, para observar mejor.

La posición de la diplomacia argelina se puede explicar, consecuentemente, a la luz de su reacción ante la revolución libia. Argelia es uno de los pocos países de la Liga Árabe que ha rechazado la decisión de la comunidad internacional de instaurar una zona de exclusión aérea, en Libia, para impedir que Gadafi extermine a su pueblo.

La diplomacia argelina se distingue por una postura, digamos, increíble. Para Mourad Medelci, esto no es una guerra de Gadafi contra su pueblo, sino una “oposición armada entre una y otra parte de la población”. El ministro de Asuntos Extranjeros de Argelia, que mezcla arbitrariamente la situación de Libia con la de Costa de Marfil, está claramente a favor del “líder libio”, que se aferra al poder blandiendo la amenaza terrorista.
Justamente, es legítimo inquietarse por el riesgo de explotación de esta situación por las redes terroristas en la región, pero es un error, exagerar de tal manera que se dé a entender que es más deseable que Gadafi se quede que “ver aparecer la amenaza terrorista al otro lado de la frontera”.

Sabemos que el régimen libio juega la carta de “Al Qaeda” para asegurar su propia supervivencia, pero es incongruente que Argelia siga este mismo razonamiento, a riesgo de encontrarse sola en el África del norte, totalmente renovada después de la caída de los regímenes de Ben Ali y Mubarak y el de Gadafi, rechazado por toda la comunidad internacional, que acaba de reconocer la legitimidad del Consejo Nacional de Transición.
En suma, es probable que detrás de las afirmaciones de Mourad Medelci, que piensa que “el clima puede ser favorable para intentar una mediación” en Libia, se esconda la intención de que se mantenga el régimen de Gadafi y el aborto de la revolución del pueblo libio. El reto es que el viento de libertad, que sopla en el mundo árabe y África del norte, se ha detenido a las puertas de Trípoli, a los pies de los tanques del “hermano Gadafi”.

SAID RABIA

(El Watan, Argelia, 14-03-11)

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