«Aquarius»: Una decisión con muchas aristas, por Peio M Aierbe

12/06/2018 | Bitácora africana

aquarius_baeco.jpgLa decisión del Gobierno español de acoger a los migrantes rescatados por el Aquarius muestra que muchas situaciones dramáticas pueden resolverse si existe voluntad política. Más allá de la solución inmediata de la urgencia humanitaria que afrontan las 629 personas a bordo del buque, de lo que no podemos sino congratularnos, esta decisión política plantea, a su vez, no pocos interrogantes.

El primero ¿es solo un gesto? Porque vienen más situaciones como esta. Presumiblemente, por desgracia, bastantes más. ¿Va a replantear el Gobierno español la política de la UE al respecto? A finales de mes hay una cumbre en la que la cuestión migratoria está sobre la mesa. ¿Va a ser este uno de los puntos a resolver? ¿O se va a salir, una vez más, con declaraciones huecas? Porque no hay que olvidar que el rechazo de la UE a asumir colectivamente la acogida de las personas que llegan a sus costas y dejarlo al albur de los países ribereños (Italia, Grecia y España) alimenta los argumentos de los partidos xenófobos. La actual decisión del Gobierno español ha sido acogida con júbilo por el ultraderechista líder de la Liga, Salvini, que ha cantado victoria y proclamado ¡Primer objetivo alcanzado! ¿Qué política se va a impulsar, a nivel comunitario, para que no acabe siendo ese el resultado?

El segundo interrogante se refiere a la política de acogida hacia esas personas. ¿El gesto de permitirles arribar a puerto va a ser seguido de una política de acogida? ¿O va a aplicarse la reglamentación que acabará expulsando a la mayoría de esas personas? Mónica Oltra proclama que Valencia «es una comunidad de acogida» y que van a poner en marcha el dispositivo “que lleva tanto tiempo preparado”. Pero, si al final se les aplica la legislación de extranjería, la mayoría se va a ver abocada a la irregularidad y, por tanto, a la expulsión. Salvini proclama alto y claro que quiere expulsar a todas las personas en situación irregular. Las legislaciones de los distintos países de la UE, España incluida, prevén lo mismo para esas personas. ¿Entonces?

Nuestro país está cerca de recibir el mismo número de llegadas que Italia por el Mediterráneo. En 2018, hasta el 5 de junio, según ACNUR, las llegadas a Italia fueron 13.677, por 10.991 en el caso de España. ¿Estamos teniendo una política de acogida hacia esas personas? Las denuncias hacia el trato que han recibido en los meses pasados, hacinamiento incluido, y con planes para levantar nuevos CIE, ¿va a ser la política que siga el nuevo Ejecutivo?

La Organización Internaional de las Migraciones (OIM) ha aplaudido la decisión del Gobierno español porque “demuestra liderazgo moral y legal”. No seremos nosotros quienes lo neguemos. Ahora bien, si no va seguido de una acogida real a esas personas, que rompa con las dinámicas de exclusión que les reserva las diversas legislaciones de extranjería, habrá que concluir que una inteligente y audaz política de gestos no es capaz de romper las lógicas perversas que condenan a miles de personas.

La ministra de Sanidad decía recientemente que un Gobierno decente no puede dejar a nadie atrás. Excelente. Estas miles de personas que llegan ¿van a ser dejadas atrás?

¡Ojalá el Gobierno español sea consecuente con estos primeros gestos y declaraciones que sí están en línea con los valores morales que nuestra sociedad ha de abanderar!

Original en: El País – Migrados

Autor

  • Aierbe Peio M.

    Peio M. Aierbe es miembro de de la red Migreurop y SOS Racismo. Escribe en la recista Mugak, colabora en El País

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