Amantes cautivadoras

3/04/2009 | Crónicas y reportajes

En África, como en cualquier lugar del mundo, las amantes se pasean orgullosas por las altas esferas, manejando las salas de juntas desde la alcoba. Muchos piensan que son lo mejor desde que se inventó la motocicleta. Incluso, algunas amantes ascienden a la categoría de esposas y sus historias ayudan a agudizar las tramas de los bestsellers y de las películas de taquilla.

No resulta sorprendente que en África no sólo formen parte de los currículos de los hombres más prósperos, sino que también vengan acompañadas de una original variedad de nombres ficticios.

Desde reyes y presidentes hasta directores de empresas, todos han asegurado tener una o dos amantes. En algunas sociedades están oficialmente reconocidas.

Las alusiones a las amantes alimentan un debate interesante e inestable pero no arremeten contra ellas si tienen el corazón roto o en la cobertura de un funeral no pagado con anterioridad. Es mejor hablar sobre las amantes un par de metros alejado de su pareja.

La magia de las amantes o de la “otra mujer” ha aumentado la imaginación de los hombres, incrementado la lujuria ¡huy!… eh… la pasión y, sin duda ha ampliado los límites de la moralidad así como renovado el concepto de matrimonio. Simplemente compruebe la lista de nombres y frases creadas para definir amante que van desde azafata hasta ayudante especial, amante secreto, concubina, cortesana, compañera y consuelo; las amantes son una institución.

En Zimbabue no sería disparatado pensar que los hombres están hablando sobre un coche último modelo o sobre inversiones seguras: la casita, la madre joven, la madrecita, la rueda de repuesto, la subordinada. En Zambia escuché que los hombres hablan de la “segunda trama”, mientras que un amigo mío dice que en Kenia rinden homenaje a “la mujer en servicio secreto”. En Uganda, la amante del hombre es denominada como “obwenzi” en la lengua de Baganda, uno de los grupos étnicos más grandes de Uganda.

En la mayor parte de África, tener una amante puede que esté mal visto en pública pero es muy aceptado en el ámbito privado. De hecho, tener una amante es como llevar puesta una medalla y favorece el estatus social del hombre, a pesar de que pueda ser un billete de ida para una muerte temprana. Si antes no le mata el marido de la mujer, lo más probable es que la esposa le corte el pene mientras duerme o deje a ambos, y perdone la expresión, con el culo al aire.

Todo tipo de personas, tanto las que pertenecen a un estatus alto como a uno bajo, tienen amantes y concubinas, a pesar de que no hagan alusión a ellas. La palabra en el idioma afrikaans especifica claramente el peligro que conllevan dichos escarceos; se denominan “skelmpie”, palabra procedente de “skelm” que significa ladrón o sinvergüenza. Me hace pensar en la señal del cráneo con los huesos cruzados que habitualmente se coloca en las zonas de alto voltaje para mantener alejados a las personas; no obstante, a algunas personas les gusta saltarse las reglas.

Palabras como “azafata oficial”, “asistente personal” y “la amiga o el contacto del jefe” son todos los pseudónimos de la amante. Los líderes africanos las han tenido. En Malaui, uno de los líderes tuvo una relación con una “azafata oficial” y el ex líder de Zambia se casó con ella. En Uganda, se dice que Idi Amin Dada tuvo cuatro mujeres y más de treinta amantes. Hace poco apareció en la televisión el líder de Kenia negando los rumores que apuntaban a que tenía una segunda “mujer” y amenazó con denunciar a la persona o personas que perpetuaron el cotilleo, así que mejor me callo.

¿Qué conduce a los hombres a tener amantes y a las mujeres a aceptar ser la “rueda de repuesto”?, ¿dinero, influencia, amor o lujuria pura y dura? He escuchado que los hombres tienen una alta concentración “innata” de viagra.

Me pregunto: si la poligamia estuviera ampliamente legalizada ¿podrían las amantes parar la propagación de la transmisión del VIH y ayudar a frenar un cáncer para los matrimonios que desafía la quimioterapia moral? Según Victoria Griffin, una amante en serie confesa y autora del libro titulado The Mistress (La amante) “Siempre que haya un matrimonio, habrá una amante”. Críticos literarios han dicho que es un libro que merece la pena comprar pero tenga cuidado, no le sorprenda su mujer leyéndolo.

BUSANI BUFANA

Busani Bufana es una periodista que vive en Bulawayo (Zimbabue).

Publicado en el Mail & Guardian, el 24 de marzo de 2009.

Traducido por Raquel Barrajón, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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