Decenas de personas han muerto el domingo después de que la celebración de una fiesta religiosa, en la región etíope de Oromia, se convirtiera en una protesta violenta contra el gobierno.

El incidente tuvo lugar cuando cerca de tres millones de personas pertenecientes a la etnia oromo convergieron en la localidad de Bishoftu ciudad, 40 Kilómetros al sur de la capital, para celebrar la festividad de Irreechaa, un día de acción de gracias anual muy popular entre los oromo.

Desde primeras horas del domingo, Sudan Tribune fue testigo de cómo miles de oromo cantaron consignas contra el gobierno, con sus brazos cruzados sobre sus cabezas, a través de las calles de Bishoftu.

El evento religioso se convirtió en un caos cuando una multitud enojada comenzó a lanzar piedras y a las fuerzas de seguridad que habían sido bloqueadas contra el escenario. La policía respondió disparando gases lacrimógenos en un intento de dispersar a los manifestantes. Esta reacción de la policía provocó una estampida mortal cuando la multitud entró en pánico tratando de huir del lugar del conflicto, produciéndose numerosas caídas y aplastamiento, especialmente en la zona donde se encontraba una profunda zanja. Según declararon varios testigos a Sudan Tribune, varias decenas de manifestantes fueron llevados al hospital después de que fueran rociados con gas lacrimógeno.

En un discurso televisado emitido el mismo domingo, el primer ministro etíope Haile Mariam Desalegne, que expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y se comprometió a llevar a los autores de este trágico incidente a la justicia, confirmó la muerte durante el evento religioso de 52 personas, cifrando los heridos en un número muy superior. Sin embargo, algunos funcionarios de la oposición declararon a Sudan Tribune que el número de muertos ofrecido por el gobierno no era real y que la cifra de muertos podría situarse entre 150 y 200.

La región de Oromia, hogar de cerca de 40 millones de personas, de un total de los 94 millones que pueblan Etiopía, ha sido durante mucho tiempo un escenario de protestas a gran escala contra el gobierno. Los oromos dicen que están en contra de décadas de gobiernos que implementan políticas contra ellos y les marginan económicamente.

Según el informe de Human Rights Watch publicado en junio, las fuerzas de seguridad etíopes mataron a más de 400 manifestantes y detuvieron a decenas de miles de personas durante las protestas generalizadas en la región de Oromia desde noviembre de 2015. El organismo internacional instó al gobierno de Etiopía para apoyar una investigación creíble e independiente sobre los homicidios, detenciones arbitrarias y otras formas de abusos de los derechos.

Tesfa-Alem Tekle

Sudan Tribune