¡Al Bashir en Libia!

13/01/2012 | Opinión

Diplomacia política, el Consejo Nacional de Transición (CNT) afirma su independencia. El eje Jartum-Trípoli va bien. Tan bien va que en noviembre 2010 Moustapha Abdeljalil, el presidente del CNT, visitó a Al Bashir y este último le devolvió la visita el pasado sábado 7 de enero. Esta visita del presidente sudanés a Libia estaría clasificada en el apartado de sucesos si el amo de Jartum no estuviese declarado como persona non grata por la CPI (Corte Penal Internacional). Al extender la alfombra roja a un enemigo declarado de Occidente las autoridades de la nueva Libia quieren declarar toda su independencia vis a vis de los occidentales, aunque les hayan apoyado en su lucha de liberación. Quieren sobre todo cerrar el pico a todos los que afirmaban que una vez expulsado Gadafi del poder, Occidente transformaría ese país productor de petróleo en su subprefectura.

En cualquier caso, aunque esa fuese la verdadera y no confesada intención de las grandes potencias, hasta el momento presente los libios han demostrado que la autonomía de su país no es negociable bajo ningún pretexto. Y, como guinda del pastel, la CPI ha negociado en vano la entrega de Seif El Islam, hijo y mano derecha del difunto Muammar Gadafi. Se dirá que ni la Libia del “guía”, ni la del CNT ha firmado o ratificado el estatuto de Roma para entregar a un fugitivo buscado por la CPI. Pero las nuevas autoridades libias podrían estar agradecidas a la comunidad internacional hasta el punto de rechazar la visita de Al Bashir a su país.

Occidente, así como Sudán, han apoyado al CNT en su lucha contra el ex –“guía” libio. Pero entre estos dos aliados que se retan con la mirada, las autoridades libias han preferido contentar a uno: el presidente sudanés. Se alinean oficialmente del lado de la Unión Africana y de la Liga Árabe que se niegan a entregar a uno de los suyos a la justicia internacional. Podría preguntarse si, más allá de Al Bashir, el CNT no tiene otro mensaje que transmitir a la comunidad internacional.

Efectivamente, ¿Llegado el momento, entregará a la CPI a todos los suyos sospechosos de crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad durante los combates contra Muammar Gadafi? Ya se verá. Por su parte el presidente sudanés ya tiene en lo sucesivo con lo que revitalizarse. Se está anotando varios tantos en un doble plano diplomático y de seguridad pública.

Diplomáticamente, Al Bashir se congratula porque ya hay numerosos países africanos a los que puede ir sin ser trincado por sus enemigos. Recordemos que fue recibido con gran pompa en Chad en julio y en Kenia en agosto, dos países que sin embargo reconocen la institución judicial internacional. En el plano de la seguridad pública, el número uno sudanés puede estar tranquilo al tener dos vecinos de talla que le apoyan y garantizan la estabilidad de sus fronteras: Chad y la nueva Libia.

Las múltiples facciones rebeldes que amenazan sin cesar con tomar Jartum y que esporádicamente hacen tambalear su butaca, tendrán en lo sucesivo dificultad para encontrar refugio en casa de esos dos vecinos, de cuya simpatía goza Al Bashir. De ahora en adelante puede vivir recluido y tranquilo, y de vez en cuando hacer alguna escapada a esos países protectores. No pedía más.

Boulkindi Couldiati

Le Pays, Burkina Faso, 9 de enero de 2012. (Tomado del blog del chadiano Makaïla.)

Traducido para Fundación Sur por Juan Carlos Figueira Iglesias.

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