Archivos desclasificados revelan el apoyo del Reino Unido al dictador ugandés Idi Amin

25/01/2018 | Crónicas y reportajes


Idi Amin se convitió en uno de los dictadores más brutales de la historia. Su dominio de ocho años en Uganda terminó con el parlamento, con las elecciones, creó una policía secreta despiadada, convirtió a los tribunales y a los medios en subordinados de su voluntad. En el proceso se dice que aproximadamente fueros asesinadas unas 500,000 personas y cientos de miles más fueron desplazados.

idi_amin_-_entebbe_1966-06-12.jpg La historia de Idi Amin es bastante conocida: tomó el poder mediante un golpe militar, derrocando al presidente electo Milton Obote, en 1971. Menos conocido es el fuerte apoyo financiero, político y militar del Reino Unido para Amin y su gobierno, durante los primeros años de su gobierno. No obstante, los archivos recientemente publicados del gobierno británico arrojan nueva luz sobre este período ignorado y desconocido en la historia política moderna del Reino Unido.

Conoce al nuevo jefe

Los archivos muestran que los funcionarios del Reino Unido se sintieron aliviados y contentos en partes iguales al ver a Obote depuesto. En un documento enviado a Londres once días antes de que Amin tomara el poder, el Alto Comisionado del Reino Unido en Kampala, Richard Slater, enumeró un catálogo de problemas que Obote estaba causando a Gran Bretaña, lamentando el «deplorable» estado de las relaciones anglo-ugandesas.

Las políticas de nacionalización de Obote y su amenaza de retirar a Uganda de la Mancomunidad Británica se cirnió amenazadoramente sobre el Reino Unido. En mayo de 1970 Obote había anunciado una legislación que permitiría la toma de control del gobierno de todas las empresas extranjeras de importación y exportación, adquiriendo el 60% de las acciones de los gigantes petroleros regionales, industrias manufactureras e instituciones financieras en el proceso. Por definición, esa política era un desafío directo a los intereses comerciales del Reino Unido en África en general, y Uganda en particular. En total, 50 empresas británicas que operaban en Uganda se vieron amenazadas por la nacionalización, incluidos Shell / BP, British American Tobacco y el banco Barclays.

Los archivos indican que el Foreign Office del Reino Unido estaba particularmente preocupado de que otros países «pudieran intentar medidas similares con consecuencias más dañinas» para el Reino Unido. Como evidencia del potencial de contagio de la política de Obote, los funcionarios señalan que apenas unas tres semanas después de que se definieran las medidas, el gobierno de Sudán nacionalizó las empresas extranjeras «de una manera aún más inaceptable».

Escusando derramamiento de sangre

A pesar de la naturaleza extremadamente violenta del golpe, en el que cientos de leales a Obote fueron asesinados o arrestados, el Reino Unido, junto con EE. UU. e Israel, fue uno de los primeros países en reconocer formalmente al gobierno de Amin, sobre la base del reconocimiento temprano «mejor servir» intereses políticos y financieros británicos en el país.

Mientras que muchos estados africanos se negaron a reconocer la legitimidad del gobierno militar de Amin, los archivos revelan que los funcionarios del Reino Unido buscaron otros gobiernos probritánicos en África, como Kenia y Ghana, quienes creemos que simpatizaban con el general Amin para aumentar el reconocimiento. En un documento, el Foreign Office expresa la esperanza de que Amin pueda ser «discretamente» informado de estos esfuerzos.

Un oficial notó que había «algo del villano» sobre Amin, y bien puede ser «bastante inescrupuloso y de hecho despiadado cuando juzga que esto es necesario en su propio interés», pero finalmente el Alto Comisionado Slater, en una nota al conservador Secretario de Relaciones Exteriores, Sir Alec Douglas Home, el 15 de febrero de 1971, expresó su confianza en que el General podría «intentarlo», una vez «revivido de distracciones externas». De hecho, los funcionarios del Reino Unido estaban tan enamorados de Amin que expresaron su esperanza de que su toma del poder pudiera ser emulada en otras partes de África, en países gobernados de manera similar por gobiernos proteccionistas.

Informe de progreso

En otro despacho enviado a Douglas-Home, con fecha del 6 de agosto de 1971, Slater evaluó los primeros seis meses de gobierno de Amin. En ese punto, Amin había establecido abiertamente una junta militar en Uganda, matando a miles y encarcelando a más, pero sus acciones no disminuyeron el apoyo del Reino Unido para su gobierno, con Londres ofreciendo un préstamo de 10 millones de libras esterlinas, durante tres años. La limpieza étnica de los ciudadanos Acholi y Langi fue para el Alto Comisionado Slater solo un «fondo bastante sombrío para un brillante capítulo en las relaciones anglo-ugandesas».

Aún así, en 1972, el gobierno del Reino Unido se había vuelto bastante ansioso acerca de las actividades de Amin, aunque no por ningún motivo moral. En cambio, la «participación pública y visible» con el gobierno del General, así como la capacitación de militares y policías ugandeses por parte de expertos británicos, significaba que el Reino Unido «podría cargar con algunas de las críticas que pertenecen al régimen de Amin». Sin embargo, en enero de ese año el Ministro de Defensa ugandés Oboth-Ofumbi fue recibido por funcionarios británicos, invitado a comprar una «amplia gama» de equipos militares y se le dieron fuertes afirmaciones de apoyo británico. Los especialistas en entrenamiento militar británico fueron debidamente enviados a Kampala.

Con el aumento del número de muertos en Uganda, en junio de 1972, los funcionarios finalmente comenzaron a considerar el término de su apoyo público y privado a Amin. Los archivos indican que el Ministerio de Relaciones Exteriores recomendó suspender el entrenamiento militar, aunque esto fue atribuible en gran parte a la «salvaje situación» de Amin de «exigir una acción militar contra los imperialistas». Dos meses después, Amin comunicó al Alto Comisionado Slater que planeaba expulsar a 80,000 asiáticos británicos de Uganda, sobre la base de excluir a los ugandeses indígenas de los negocios y exportar capitales del país. En respuesta, el primer ministro británico, Edward Heath, escribió a Amin y le rogó que lo reconsiderara. La intervención del Primer Ministro fue ignorada, y Amin procedió a expulsar a toda la comunidad asiática del país: 27.000 fueron trasladados por aire a Gran Bretaña. Además, inició una campaña más amplia de tortura y matanza que envolvió a todo el país, en la que todos los líderes religiosos, jefes de empresas, profesionales, políticos y militares fueron atacados.

El terror cesó en 1979, cuando Tanzania luchó contra un intento de invasión de Uganda y marchó haciaa Kampala. En abril, Amin escapó con sus seis esposas y 25 hijos a Arabia Saudita, donde vivió hasta su muerte en 2003, supuestamente subsistiendo de una dieta compuesta enteramente de naranjas, pizza y Kentucky Fried Chicken.

Los archivos fueron puestos a disposición pública a través del proyecto «Desclasificado» del historiador británico Mark Curtis, que tiene como objetivo construir una colección completa y buscable de documentos y artículos del gobierno británico, haciéndolos más accesibles para el público de lo que son actualmente. Además, la iniciativa busca alentar y apoyar a otros investigadores en sus propios esfuerzos, lo que lleva a la publicación de más documentos.

Fuente: Sputnik

[Traducción, Muriel Balda Aspiazu]

[Fundación Sur]


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