ÁFRICA-EUROPA SUMMIT

5/05/2014 | Editorial

Representantes de 54 Países Africanos y de 28 Estados Europeos, se reunieron, el 2 y 3 de abril 2014, en Bruselas, para tratar el tema: “Invertir en las Personas, Prosperidad y Paz”.

En su última reunión en Lisboa, en 2007, habían acordado redefinir su colaboración “no como estrategia para África, sino como colaboración con África”. Querían pasar de ser “donantes” a ser “colaboradores en inversión y desarrollo”. Pero este entusiasmo se había evaporado.

Europa sigue necesitando los abundantes recursos naturales y minerales de África y por eso está tan interesada en firmar un nuevo “Acuerdo de Colaboración Económica” o “Economic Partnership Agreement”(EPA).

Aunque Europa es el mayor importador de recursos elaborados en África y el mayor donante de África, las relaciones financieras no son acuerdos entre iguales.

Actualmente, mientras África conoce un crecimiento económico, Europa está en crisis. Si los gobiernos africanos se unen, podrían alcanzar acuerdos económicos más favorables. Pero en esta última reunión de Bruselas han vuelto a perder esa oportunidad.

La dificultad de transformar viejas actitudes en la relación África y Europa.

Europa necesita moverse del paternalismo y humanitarismo hacia una nueva actitud de respeto, escucha, diálogo y cooperación entre iguales. Esta cooperación es necesaria para las dos partes. El desarrollo integral de África beneficia también a la UE.

Los gobiernos africanos necesitan unirse para hablar con una misma voz y preocuparse de verdad por el bien común de sus ciudadanos. La pobreza de África perjudica a la UE. La prosperidad y el desarrollo solo pueden ser sostenibles si llegan a los dos continentes. Hablan de su deseo de colaboración, pero por ahora solo son palabras.

Colaboración entre África y la UE.

El clima de esta última reunión no fue bueno. Existen importantes divergencias en los ámbitos de: mercados, justicia internacional, gobernanza, cooperación cultural, etc.

El encuentro resultó decepcionante pues no produjo ningún resultado nuevo. La declaración final es muy general y solo habla de buenas intenciones para colaborar en los ámbitos: políticos, económicos y sociales.

Se evitaron temas espinosos como: integración de los mercados en y con África, conflictos armados en África, Revoluciones árabes, Gobernanza responsable y Derechos Humanos.

La UE sigue interesada en el mercado con África y en los recursos de África, pero no potencia el desarrollo sostenible de África, que sería beneficioso para todos.

Aunque la declaración final del Summit habla de: “Paz y seguridad, Prosperidad y de Sociedad”, lo que hace falta es el compromiso real para trabajar juntos: en la lucha contra la violencia, en controlar las ventas de armas, creación de puestos de trabajo, gestión responsable de los recursos para asegurar la seguridad alimentaria y un desarrollo integral de todos los países.

Se necesita un compromiso real de los gobernantes, para cumplir los Objetivos del Milenio desde el respeto a la dignidad humana y a los derechos humanos, sobre todo de los inmigrantes y de las personas más empobrecidas.

Lo afirmó el mismo Papa Francisco en su alocución del Día del Trabajo: “Les pido a quienes tienen responsabilidad política de no olvidar dos cosas: La dignidad humana y el bien común”.

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