Ayer, día 5 de octubre, el ministerio de Educación de Ruanda anunció que podría recortar todas las becas para los estudiantes de universidad el próximo año y en su lugar destinar el dinero para la educación primaria. El anuncio lo hizo el ministro de Educación, Charles Muriganda, en una emisión por la radio en Kinyarwanda.
Un amigo me llamó y me hablo de la emisión, así que pregunté a algunos periodistas locales sobre esta primicia. Esto es lo que me dijeron:
El primer paso en el ministerio es cancelar el plan de préstamos, por el que los estudiantes pueden pedir prestados 25.000 francos ruandeses al mes, (unos 40 dólares), o 250.000 al año, (unos 400 dólares), para ayudar a pagar sus estudios. Eso no es nada: La universidad aquí no es barata, al menos en relación con lo que la mayoría de la gente gana. La universidad estatal de Ruanda, la Universidad Nacional de Ruanda, cobra un promedio de 1.200 dólares al año por la matrícula anual, (aunque las tarifas varían según el programa), y algunas escuelas privadas pueden costar hasta 2.000 dólares al año, con libros y otros materiales. Así que 400 dólares al año, ayudan a un 25 o 30 %.
Pero igualmente preocupante es lo que me han contado que Muriganda denominó “el próximo paso”, cancelar todas las becas universitarias. El programa de becas basado en los méritos, que da a los estudiantes de secundaria que hayan sacado notas altas financiación para la universidad, puede desaparecer el año que viene, también.
Tal y como yo lo entiendo, esto no es un recorte de fondos, sino una reasignación de los fondos. Ruanda tiene educación primaria gratuita, hasta el tercer año de escuela secundaria, que suman un total de nueve años de instrucción gratuita. Esto ha hecho que sus índices de escolarización primaria sean de los más altos de la región, según el periódico del gobierno de Ruanda, el New Times. También resulta ser malditamente costoso y los fondos ahorrados en la educación superior irán a los programas de educación primaria.
Hasta el momento, parece ser que los supervivientes del genocidio todavía podrán solicitar becas a través de los FARG, los Fondos Nacionales para la Asistencia de los Supervivientes del Genocidio, pero como el genocidio cada vez retrocede más en el tiempo, la población de estudiantes de universidad, cada vez más, va a estar compuesta de personas nacidas después del genocidio.
La educación superior es cara en todas partes, pero la financiación de un título universitario en un continente donde muy pocas personas tienen acceso a un crédito, es un reto especial. Algunos amigos míos se preguntan si los estudiantes ruandeses que piden préstamos privados, podrán encontrar un trabajo al terminar sus estudios, para pagarlos. La construcción, por ejemplo, está en auge en Ruanda, pero las universidades no están produciendo especialistas en estudios de construcción.
A medio mundo de distancia, en Seattle, hay un grupo que intenta hacer frente a este problema de los créditos para los estudios. Vittana, está utilizado un modelo de micro-finanzas para obtener préstamos para los estudiantes universitarios. Piensan en ello como Kiva.org para los estudios: encuentras un estudiante a través de un perfil on-line; le prestas 25 dólares, y cuando ellos pagan su préstamo, tú recuperar tu dinero.
Durante el festival de rock de idiotas que fue la Iniciativa Global de Clinton, Vittana anunció que daría 10.000 préstamos a 1.000 dólares cada una a estudiantes de África. Vittana quiere educar a la gente para trabajar, en enfermería, por ejemplo, o Tecnología de la Información. El anuncio es la primera entrada de Vittana en el continente, (Ha trabajado en Mongolia, Nicaragua, Paraguay, Perú y Vietnam), y la organización no ha decidido a cuál de los 53 países africanos llevará sus 10.000 préstamos, aunque ya ha declarado que los países con más posibilidades son Uganda, Ghana y Kenia.
En unos cuantos meses, los estudiantes de Ruanda pueden estar pidiendo “¿Nos puede añadir a la lista?”
Jina Moore
Africa Unchained
Fundación Sur
