Acogida y respeto hacia todos los grupos humanos marginados, aquí y en África.

10/07/2017 | Editorial

20170710efs-web.mp3



Durante las celebraciones del “orgullo” por la diversidad, acogida, respeto y derechos humanos, me ha impresionado el contraste de nuestra actitud y comportamiento, personal y social, hacia unos grupos humanos y hacia otros.

La acogida y celebración de todas las personas, cualquiera que sea su orientación sexual, me ha parecido muy humana, justa y necesaria.

Somos conscientes sin embargo que, miles de personas, en demasiados países de África y del globo, sufren todavía graves abusos y hasta torturas, por su diversidad de color, raza, género, religión y orientación sexual.

Al mismo tiempo, me pregunto: ¿Por qué no aplicamos el mismo respeto y acogida a otros grupos sociales, como: refugiados, desempleados, personas de razas y religiones diferentes, personas marginadas o encarceladas por diferentes ideologías y hasta con las criaturas que quieren nacer?

Este contraste se debe fundamentalmente al compromiso interesado (político, ideológico y económico) de los agentes sociales que buscan controlar el poder y llevar el agua a su molino, ya se trate de eventos sociales, culturales, deportivos, religiosos o lúdicos.

Por eso apoyan y favorecen unos eventos y ciertos grupos, por los beneficios que esperan conseguir, e ignoran al mismo tiempo otros grupos humanos, incluso más numerosos y necesitados, como los refugiados, desempleados y personas sometidas a un tráfico cruel.

Exigimos de todos los agentes sociales una actitud y comportamiento más humano, justo y consecuente, para acoger con el mismo respeto y equidad a todos los grupos humanos que sufren y arriesgan su vida, a causa de la violencia, privación, y del sufrimiento que les infligimos, con nuestra egoísta gestión de recursos y servicios.

Necesitamos una educación más humana e integral, y necesitamos ante todo, como adultos y líderes sociales, ser un ejemplo de acogida, respeto y trato justo hacia todas las personas, especialmente hacia las que sufren marginación y exclusión.

Debemos elegir líderes, políticos y financieros, que sean profesionales e íntegros al mismo tiempo. Un líder político que tenga sus manos manchadas con la corrupción debe ser superado por otro más justo y solidario, después de devolver todo lo robado a los demás. Un financiero que se gaste 32 millones de euros en un yate de súper lujo, no debe contar con nuestras compras y apoyo.

Tales comportamientos son un insulto a la dignidad de todas las personas que sufren porque les seguimos privando de las oportunidades para poder satisfacer sus necesidades básicas para una vida digna.

Existen presidentes, en varios países africanos y del globo, que acaparan con sus familias y etnias, los hoteles más lujosos de la capital y los negocios más lucrativos del país, y buscan aparecer ante la sociedad y los líderes mundiales como “ejemplos” a seguir, por su “éxito”.

Todos estos abusos de la dignidad humana y ejemplos de gobernanza irresponsable seguirán existiendo mientras las diferentes sociedades y pueblos no los denuncien, elijan otros representantes más íntegros y solidarios, y den ejemplo de cooperación para construir un mundo más ético, humano y desarrollado de forma sostenible, según el bien común.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster