Acoger a migrantes y refugiados como miembros de una única familia humana

18/12/2017 | Editorial

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El mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el próximo 1 de enero 2018, se centra sobre la “acogida de migrantes y refugiados, considerándoles como miembros de una única familia humana y ayudándoles a alcanzar la paz y una vida digna”.

Su mensaje resalta los siguientes puntos:

1. Un deseo de paz:

Todas las personas y naciones de la tierra aspiran a una paz profunda, especialmente las personas que más sufren.

Entre ellos recordamos a los más de 250 millones de migrantes en el mundo, de los que 22 millones y medio son refugiados que buscan un lugar donde vivir en paz, soportando alambradas, muros y malos tratos.

“Con espíritu de misericordia, abrazamos a todos los que huyen de la guerra y del hambre, o que se ven obligados a abandonar su tierra a causa de la discriminación, la persecución, la pobreza y la degradación ambiental.”

Habrá que trabajar mucho antes de que nuestros hermanos y hermanas puedan empezar de nuevo a vivir en paz, en un hogar seguro. Acoger al otro exige un compromiso concreto, una cadena de ayuda y de generosidad, una atención vigilante y comprensiva, la gestión responsable de complejas situaciones y de los recursos existentes, para el Bien Común.

2. ¿Por qué hay tantos refugiados y migrantes?

En el nuevo siglo no se ha producido aún un cambio profundo de sentido. Los conflictos armados, el injusto acaparamiento de los recursos por una minoría, y otras formas de explotación, siguen provocando el desplazamiento de la población dentro y fuera de las fronteras nacionales.

Pero las personas también migran por otras razones, ante todo por «el anhelo de una vida mejor, a lo que se une en muchas ocasiones el deseo de querer dejar atrás la “desesperación” de un futuro imposible de construir», por falta de oportunidades.

«Es trágico el aumento de los migrantes huyendo de la miseria, empeorada por la degradación ambiental».

La mayoría emigra siguiendo un procedimiento regulado, mientras que otros se ven forzados a tomar otras vías, sobre todo a causa de la desesperación, cuando su patria no les ofrece seguridad y oportunidades, y toda vía legal parece imposible, bloqueada o demasiado lenta.

Todos los datos de que dispone la comunidad internacional indican que las migraciones globales seguirán marcando nuestro futuro. Algunos las consideran una amenaza. Os invito, al contrario, a contemplarlas con una mirada llena de confianza, como una oportunidad para construir un futuro intercultural de paz y concordia.

3. Una nueva mirada

La sabiduría auténtica alimenta una mirada, capaz de reconocer que todos, «tanto emigrantes como poblaciones locales que los acogen, forman parte de una sola familia, y que todos tienen el mismo derecho a gozar de los bienes de la tierra, cuyo destino es universal. Aquí encuentran fundamento la solidaridad y el compartir».

“La paz es la guía y la justicia es el principio que rige la convivencia entre todos dentro de la sociedad. “ La justicia busca siempre un desarrollo sostenible para el bien común.

Observando a los migrantes y a los refugiados, esta mirada sabe descubrir que no llegan con las manos vacías: traen consigo la riqueza de su valentía, su capacidad, sus energías y sus aspiraciones, y por supuesto los tesoros de su propia cultura, enriqueciendo así la vida de las naciones que los acogen.

Por último, esta mirada sabe guiar el discernimiento de los responsables del bien público, con el fin de impulsar las políticas de acogida al máximo de lo que «permita el verdadero bien de su comunidad», es decir, teniendo en cuenta las exigencias de todos los miembros de la única familia humana y del bien de cada uno de ellos.

4. Cuatro piedras angulares para la acción

Para ofrecer a los solicitantes de asilo, a los refugiados, a los inmigrantes y a las víctimas de la trata de seres humanos, una posibilidad de encontrar la paz y dignidad que buscan, se requiere una estrategia que conjugue cuatro acciones: acoger, proteger, promover e integrar.

«Acoger, recuerda la exigencia de ampliar las posibilidades de entrada legal, no expulsar a los desplazados y a los inmigrantes a lugares donde les espera la persecución y la violencia, y equilibrar la preocupación por la seguridad nacional con la protección de los derechos humanos fundamentales”.

«Proteger, nos recuerda el deber de reconocer y de garantizar la dignidad inviolable de los que huyen de un peligro real en busca de asilo y seguridad, evitando su explotación. En particular, pienso en las mujeres y en los niños expuestos a situaciones de riesgo y de abusos que llegan a convertirles en esclavos”.

«Promover, tiene que ver con apoyar el desarrollo humano integral de los migrantes y refugiados. Entre los muchos instrumentos que pueden ayudar a esta tarea, deseo subrayar la importancia que tiene el garantizar a los niños y a los jóvenes el acceso a todos los niveles de educación: de esta manera, no sólo podrán cultivar y sacar el máximo provecho de sus capacidades, sino que también estarán más preparados para salir al encuentro del otro, cultivando un espíritu de diálogo en vez de clausura y enfrentamiento”.

Por último, «Integrar, significa trabajar para que los refugiados y los migrantes participen plenamente en la vida de la sociedad que les acoge, en una dinámica de enriquecimiento mutuo y de colaboración fecunda, promoviendo el desarrollo humano integral de las comunidades locales”.

5. Una propuesta para dos Pactos internacionales.

“Deseo de todo corazón que este espíritu anime el proceso que, durante todo el año 2018, llevará a la definición y aprobación por parte de las Naciones Unidas de dos pactos mundiales: uno, para una migración segura, ordenada y regulada, y otro, sobre refugiados”.

El diálogo y la coordinación constituyen, en efecto, una necesidad y un deber específicos de la comunidad internacional. Más allá de las fronteras nacionales, es posible que países menos ricos puedan acoger a un mayor número de refugiados, o acogerles mejor, si la cooperación internacional les garantiza la disponibilidad de los fondos necesarios.

6. “Una Casa Común”. A lo largo de la historia, muchos han creído en este «sueño» de vivir y cuidar una misma casa común, donde podamos disfrutar de los frutos de la tierra y de la ciencia, para vivir todos en paz, dignidad y desarrollo integral.

En la Cumbre “Un Planeta”, durante los días 12 y13 de diciembre 2017, en Paris, se conmemorará el segundo aniversario del Acuerdo de París, que se adoptó el 12 de diciembre de 2015. También se buscará reforzar la financiación destinada a la lucha contra el cambio climático, así como a la adaptación a sus efectos, especialmente por parte de los países en desarrollo.

Está previsto que participen en la Cumbre más de 100 Estados, organizaciones internacionales, instituciones financieras y bancos internacionales y regionales, administraciones locales y representantes de la sociedad civil. Se calcula que habrá unos 2.000 participantes, y está prevista la participación de más de 30 Jefes de Estado o de Gobierno.

Exigimos que la UE, la UA, EEUU, la ONU y BRICS sean responsables, para pasar de las acuerdos retóricos, a un compromiso concreto por el bien común de todos los Pueblos y por el cuidado del Planeta Tierra.

NOTA: Desde la Dirección de África Fundación Sur, os deseamos a todos, particularmente a los voluntarios-as que colaboráis regularmente con nuestras actividades, unas FELICES FIESTAS DE NAVIDAD y lo mejor para 2018.
Nos vamos de vacaciones el día 22.12.2017 y regresaremos el lunes día 8 de enero 2018.

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