46664, por Rafael Muñoz Abad- Centro de Estudios Africanos de la ULL

9/12/2013 | Bitácora africana

Desde la austeridad de su celda el trino de un ruiseñor de El Cabo le regalaba cada amanecer. Universo interior en aquellas cuatro paredes blancas de Robben Island. Desde la sencillez de un alma generosa y noble para aceptar que detrás de su carcelero sólo se escondía el miedo del afrikáner. Frescas, suaves y verdes colinas xhosa donde su espíritu ya descansa. Desde la dignidad como discurso frente a la tiranía de la piel. Mi corazón de traidor en palabras de un Malan. Desde la más caballerosa de las resistencias. Aprender afrikaans como respuesta a tantos y complicados porqués.

“Estoy seguro de que si voy al cielo me dirán: ‘¿Quién eres tú?’. Yo diré: ‘Bueno, soy Madiba’. ‘¿De Qunu?’. Yo diré: ‘Sí’. Entonces ellos me dirán: ‘¿Cómo pretendes entrar aquí con todos tus pecados?’. Me dirán: ‘Márchate, por favor, llama a las puertas del infierno. Puede que allí te acepten’”.

Desde el calabozo 46664 al Union Building de Pretoria. No es país para revanchas por colores. Desde la corte de Rivonia al apretón de manos con Françoise Pienaar. Un hombre un voto. Desde el dolor de Sharpeville a la reunión con De Klerk. El más justificado de los Premios Nobel de la Paz. Desde el pijama de presidiario al polo verde y oro de los Springboks. Vellocino afrikáner vestido por un negro. Desde la comprensión. Entiende a tu enemigo y este dejará de serlo.

“La pobreza no es natural, es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia”.

Desde la húmeda y rojiza tierra africana que bajo los pies descalzos late. Robada. Desde el crepúsculo de su vida. Atardeceres con ese Tchaikovski con el que tanto le gustaba difuminar las puestas. Desde el Die Stem van Suid-Afrika al Nkosi Sikelel´ iAfrika. Dos décadas sin Apartheid. Desde el respeto por sí mismo al hacerse cada día su cama. Veintisiete años sin libertad y no hubo lugar alguno para el rencor. Desde el amo de mi destino. Porque yo soy el capitán de mi alma. Desde la tierra al cielo. Porque hoy todos estamos un poco huérfanos. Nelson Mandela, hasta siempre Madiba.

@Springbok1973

cuadernosdeafrica@gmail.com

Autor

  • Muñoz Abad, Rafael

    Doctor en Marina Civil.

    Cuando por primera vez llegué a Ciudad del Cabo supe que era el sitio y se cerró así el círculo abierto una tarde de los setenta frente a un desgastado atlas de Reader´s Digest. El por qué está de más y todo pasó a un segundo plano. África suele elegir de la misma manera que un gato o los libros nos escogen; no entra en tus cálculos. Con un doctorado en evolución e historia de la navegación me gano la vida como profesor asociado de la Universidad de la Laguna y desde el año 2003 trabajando como controlador. Piloto de la marina mercante, con frecuencia echo de falta la mar y su soledad en sus guardias de inalcanzable horizonte azul. De trabajar para Salvamento Marítimo aprendí a respetar el coraje de los que en un cayuco, dejando atrás semanas de zarandeo en ese otro océano de arena que es el Sahel, ven por primera vez la mar en Dakar o Nuadibú rumbo a El Dorado de los papeles europeos y su incierto destino. Angola, Costa de Marfil, Ghana, Mauritania, Senegal…pero sobre todo Sudáfrica y Namibia, son las que llenan mis acuarelas africanas. En su momento en forma de estudios y trabajo y después por mero vagabundeo, la conexión emocional con África austral es demasiado no mundana para intentar osar explicarla. El africanista nace y no se hace aunque pueda intentarlo y, si bien no sé nada de África, sí que aprendí más sentado en un café de Luanda viendo la gente pasar que bajo las decenas de libros que cogen polvo en mi biblioteca… sé dónde me voy a morir pero también lo saben la brisa de El Cabo de Buena Esperanza o el silencio del Namib.

    @Springbok1973

    @CEAULL

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